jueves, 20 de noviembre de 1997

En Subterráneos, los auténticos decadentes

El Mas acaba de confirmar su posición contraria a la lucha por la jornada de seis horas, por insalubridad, en el subte. En una "contestación" al PO, en Solidaridad Socialista (552) argumenta que "la lucha por la reducción de la jornada no es sólo para que se reconozca el carácter insalubre del trabajo en el subte ...", y que "la cantidad de horas que se levanta como reivindicación es una cuestión que depende de la evaluación de las condiciones de la lucha y de qué piensan los trabajadores". Luego dice que "las 7 horas fue lo que votaron en asambleas la mayoría de los trabajadores...", incluidos "quienes militan en el PO y trabajan en el subte ... (que lo) votaron en el cuerpo de Delegados".
El Mas parte de una falsedad, pues el Cuerpo de Delegados no votó las 7 horas; allí no se saldó aún ese debate, debido justamente a la posición consecuente de varios delegados —entre ellos los que militan en el PO— que defienden la lucha por la jornada de seis horas en concepto de insalubridad. Incluso los delegados de la línea A (¡¡militantes del Mas incluidos!!) emitieron una declaración el 30/10 denunciando "un posible despido" (por el de la boletera, ver PO 564) "para que no luchemos por el aumento de sueldos y las 6 horas". Si el problema fuese lo "que piensan los trabajadores", esto quedó bien claro en el ‘barbijazo’: una masiva protesta para reclamar el reconocimiento del trabajo insalubre, lo que volvió a ocurrir en la marcha al Gobierno municipal, al grito de "el cuerpo se pudre, el subte es insalubre" y "ahora queremos las 6 horas" (ver PO 560).
Las 6 ó 7 horas no es una cuestión de números. Las 6 horas equivalen a un reconocimiento de la insalubridad y de la jornada vigente por más de 37 años en el subte. Pedir 7 es la manera de no plantear la insalubridad y de no enfrentar a la dirección de la UTA (ubicándose incluso a la derecha del MTA que, en su proyecto de iniciativa popular, defiende las 6 horas para el trabajo insalubre). Peor aún, es reemplazar la lucha por un acuerdo con la patronal abandonando cualquier posición clasista, pues el Mas habla de una "toma de conciencia por parte de la Empresa de los problemas de seguridad que se derivan de la exposición prolongada de un trabajador a nuestro agresivo medio ambiente de trabajo" (del documento presentado por delegados del Mas en el Cuerpo de Delegados). ¡¡Justamente la patronal que quiere eliminar al guarda, aumentando riesgos para los pasajeros, sería conciente de la ‘seguridad’!!
La ‘respuesta’ del Mas al PO en Metrovías es un síntoma incontrastable de descomposición política. Por ello es que la nota se remata con una agresión personal ("simio analfabeto") (?) contra el que firma esta nota, con la descalificación y la calumnia ("nunca trabajó en Metrovías ni en ningún lado"); la buchoneada, citando nombre, apellido y lugares de trabajo (hecha por un ‘clandestino’ que firma con seudónimo), y la invención de un cuento de niño bien ("hijo de un acaudalado burgués"), indefendible hasta por los militantes del Mas que actuaron como ‘informantes’. Sólo falta que "Ricardo Enrique", en su próxima nota, pase a acusar a Engels de burgués y plantee la inquisición post-mortem de los fundadores del marxismo, para salvar el honor de los auténticos ... decadentes... del Mas.


Sergio Szulman

jueves, 13 de noviembre de 1997

La UTA y el MAS consienten despidos en Metrovías

Metrovías, violando la conciliación obligatoria, ha despedido a Daniela Acosta, boletera de la línea A, argumentando que tiene ‘pruebas’ (fabricadas por la empresa) de que la compañera ha robado. Este despido es parte de una campaña que persigue el propósito de liquidar la lucha por las 6 horas y la insalubridad, y quebrar la organización de los trabajadores. Justamente, en medio de la conciliación obligatoria la empresa inició una persecución penal y un juicio de desafuero a dos delegados de la línea E, y desconoció los horarios de aseo e higiene de los trabajadores en varios talleres. Metrovías busca quebrar la lucha contra la insalubridad y relanzar una ofensiva de despidos sobre guardas, señaleros, boleteros y talleristas, que ya ha sido frenada por las últimas luchas de los trabajadores del Subte.

La dirección de la UTA ha consentido este despido: primero, aceptando el levantamiento del plan de lucha, firmando a espaldas de los trabajadores la conciliación con la empresa; luego, levantando una asamblea general, convocada en una asamblea de la línea E para defender a los delegados perseguidos y relanzar el plan de lucha, y finalmente, bloqueando el lanzamiento de un paro para defender a la boletera, consintiendo las intrigas que la empresa difundía contra la compañera y bloqueando el funcionamiento del Cuerpo de Delegados. La subordinación de la mayoría de los delegados (vinculados a la burocracia y al Mas) a la política de la UTA ha impedido hasta ahora una autoconvocatoria del Cuerpo de Delegados para resolver medidas de lucha. En la propia línea de la compañera, un delegado del MAS, luego de firmar un comunicado denunciando el despido "como una medida ejemplificadora" y como una "prueba piloto para medir hasta dónde estamos dispuestos a luchar", se dedicó a aterrorizar a los trabajadores planteando que si la línea paraba iba a quedar sola. ¡¡¡En vez de organizar el paro y convocar a los delegados y los trabajadores del resto de las líneas a votarlo y llevarlo adelante, que fue como se impidió un despido anterior durante el mes de mayo!!!

Como dice el comunicado de la Agrupación Trabajadores de Metrovías: "La UTA y el Cuerpo de delegados deben intimar a la empresa para que reincorpore a la compañera y organizar el paro hasta lograrlo. Este es el mandato que tienen de los trabajadores y la clara conclusión del paro de fines de mayo con el cual Metrovías tuvo que recular y reincorporar a otra boletera despedida. Está planteada además la convocatoria a una Asamblea General del subterráneo, para relanzar el plan de lucha por las 6 horas, por la defensa de los delegados perseguidos y el conjunto de nuestros reclamos".

Sergio Szulman

jueves, 9 de octubre de 1997

El Mas junto a la burocracia

"Por la jornada de 6 horas"; así titulaba el Mas una declaración nacional que repartió en oportunidad del paro del 14 de agosto último.
Sin embargo, en el único lugar del movimiento obrero en donde los trabajadores encaran la lucha por las 6 horas de trabajo, el Mas plantea la "reducción de la jornada laboral a 7 horas y sentar las bases para discutir las condiciones de insalubridad (las 6 horas)" (Solidaridad Socialista, 25/9).
Los trabajadores de subterráneos trabajaron durante mucho tiempo 6 horas, dadas las condiciones de insalubridad existentes (trabajo bajo tierra, sin luz natural, elevada temperatura, mala oxigenación, etc.). Esta conquista fue avasallada por las dictaduras de Onganía y Videla, y recuperada a su caída. Con Menem y la privatización también se borró la conquista —en 1994— aumentando la jornada a 7 horas y obligando a una hora "extra" adicional, es decir, a 8 horas.
Ahora, que los trabajadores de Metrovías se movilizan por la reducción de la jornada de trabajo, el Mas se coloca al lado de la burocracia de UTA para reclamar las 7 horas "y sentar las bases para discutir las condiciones de insalubridad, las 6 horas". No denuncia que ha sido esta burocracia la que firmó un convenio —sin consulta con los trabajadores y sobre la base del despido masivo de éstos— aceptando las 7 horas y la "hora extra". Se adapta a la burocracia sindical que dice combatir, en nombre del ‘realismo’.

Profundizar la lucha

Al grito de "el cuerpo se pudre, el subte es insalubre", y "ahora, ahora, queremos las 6 horas", y levantando carteles y pancartas contra la tercerización y por el aumento salarial, más de 200 trabajadores de Metrovías se movilizaron el viernes 3 hasta la sede del gobierno porteño, reclamando la recuperación de la jornada de 6 horas —que rigió por más de 37 años en el subterráneo— y exigiendo que se les reconozca el carácter insalubre de su trabajo. Esta movilización había sido precedida por jornadas de protesta y agitación, con uso masivo de barbijos, que contaron con la simpatía del público usuario y una importante repercusión en distintos medios.
Los representantes de la Ciudad sólo dieron como respuesta que iban por los trabajadores a investigar el tema, previa presentación de un petitorio. En la reunión con los delegados, Gallo, representante del gobierno, llegó incluso a chicanear a Lacuaníti (de la dirección de la Uta), diciendo que no entendía el reclamo porque la propia dirección de la Uta había firmado al privatizarse el subte la extensión de la jornada a 8 horas. Es que justamente la dirección de la Uta no quiere llevar a fondo el reclamo de insalubridad, y por ello es que una reciente declaración sólo reclama "mejorar la condición ambiental". A pesar de ello, la movilización ha cobrado fuerza, superando las trabas planteadas desde la propia dirección del gremio. Prensa Obrera, dialogando con los trabajadores en la manifestación, recogió un unánime reclamo de profundizar la lucha tomando medidas de fuerza escalonadas, como quites de colaboración y paros progresivos, hasta lograr la recuperación de la jornada de 6 horas y el conjunto de los reclamos centrados en la insalubridad, la estabilidad laboral y el aumento salarial.


Sergio Szulman