jueves, 16 de diciembre de 2004

METROVIAS: POR QUÉ EL GOBIERNO PUDO IMPONER SU SALIDA

La mayoría del cuerpo de delegados de Metrovías se aprestaba, el miércoles, a aprobar la última propuesta, que sin embargo ha sido presentada por el Ministerio de Trabajo y no por la empresa. La diferencia con la propuesta anterior, que había sido rechazada por una mayoría de asambleas de sector por turno, es apenas cosmética.

No hay un aumento salarial. Lo ofrecido con anterioridad con el carácter de “única vez”, se amplía en 50 pesos (350 para los boleteros, 400 para los guardas y trabajadores de taller, 450 para los maquinistas), que se pagan en una sola cuota. Lo demás sigue tal cual: los 100 pesos remunerativos quedan absorbidos por el aumento del gobierno y hay 2,5 a 5 pesos en el escalafón de antigüedad y el plus por nocturnidad –que involucra a una minoría de trabajadores. En oposición a la aceptación de esta propuesta, un bloque de delegados ha reclamado la convocatoria a asamblea general.

El conflicto se cierra en los términos señalados, una semana después de que el cuerpo de delegados levantara los paros ante la sola presentación de una propuesta y de la insatisfacción manifestada en las asambleas de base respecto a la aceptación en principio de esa propuesta. En las horas y días posteriores, un fuerte movimiento de asambleas de línea planteó la necesidad de respaldar el rechazo con la continuación del plan de lucha. La oferta patronal motorizada por el gobierno está a años luz del reclamo de los trabajadores de Metrovías –53% de aumento al básico, devolución del plus por nocturnidad y 2% por año de antigüedad. Aunque el acuerdo establece la convocatoria a una paritaria por el salario para el 18 de enero, es claro que la patronal y el gobierno han conseguido quitarle a los trabajadores el medio de presión sindical que significa una lucha en las vísperas de las fiestas y llevar el conflicto para el período de vacaciones de verano.

Ante la posición cuestionadora de las asambleas, una mayoría del cuerpo de delegados se dio la política de retener la negociación en sus manos al margen de todo control de los trabajadores. Fue una operación de desgaste que se sumó a todo el operativo previo del gobierno, que había prorrogado dos veces la conciliación obligatoria.

Es claro que el giro hacia la posición oficial de un sector muy definido del cuerpo de delegados ha variado las condiciones de lucha, porque hasta este desenlace la fuerza de los trabajadores había sido la unidad y combatividad de su dirección. Para superar esta situación es necesaria una asamblea general.

En la mañana del jueves 8, un volante de los trabajadores de Metrovías del Polo Obrero y por el PO de Capital saludaba “las asambleas obreras que sabiamente han rechazado la oferta patronal apañada por Tomada” y planteaba que “está a la orden del día una Asamblea General de todos los compañeros de Metrovías, para organizar la continuidad de la lucha, reafirmar el pliego y llamar a la población para el envión final de esta gran lucha”.

Cuarenta y ocho horas después, esta perspectiva era avalada por la autoridad de las asambleas del taller Rancagua y la línea D. Había delegados y activistas de las líneas A y B que acordaban también con ese rumbo y más de cincuenta compañeros participaron de una convocatoria que, el lunes 13, rechazó los términos del acuerdo y exigió la asamblea general. Fruto de esta presión por abajo, el Ministerio convocó a una “nueva audiencia”, pero la mayoría del cuerpo de delegados bloqueó la convocatoria a una asamblea general.

Es incuestionable que se ha llegado a esta situación como consecuencia de una ‘activa’ acción de los ‘punteros’ oficiales sobre el cuerpo de delegados, que seguramente ha sido acompañada de amenazas veladas y no tan veladas. Hace un año que los agentes de Bonasso y otros de la CTA vienen ‘operando’ sobre los luchadores de subterráneos. Abelli, del Movimiento de fábricas recuperadas, que no es trabajador de Metrovías, ingresó en una reunión de la comisión del cuerpo de delegados que se encontraba en el Ministerio de Trabajo, en su calidad de “línea roja” de comunicación con ese ministerio, pero además tuvo toda la ‘licencia’ para recorrer las líneas del subte para testear el estado de ánimo de los trabajadores frente a la ‘oferta’ oficial y para que de ningún modo continuara el plan de lucha. No se ha hecho más que aplicar al subte los métodos ya usados contra el movimiento piquetero, que dieron por resultado la cooptación de los D’Elía y Ceballos, entre otros.

Está planteada la defensa del pliego de reclamos, que incuestionablemente Tomada y Roggio quieren liquidar. El camino democrático y participativo para esa defensa es la ASAMBLEA GENERAL. Los únicos beneficiarios de un retroceso de la lucha del subte como consecuencia de la intriga kirchnerista serán los burócratas de la UTA, que están esperando agazapados.

jueves, 4 de noviembre de 2004

LA CAMPAÑA POR LAS SEIS HORAS

Un planteo kirchnerista

Un conjunto de organizaciones y dirigentes provenientes del MAS, PTS, PC, MST, con el acompañamiento de una fracción del cuerpo de delegados de Metrovías, ha dado a conocer una Declaración constitutiva de lo que llaman “Movimiento por la reducción de la jornada laboral a seis horas y aumento general de salarios”.

Es, sin exageración alguna, un documento kirchnerista. El lector puede comprobarlo con sus propios ojos, yendo al www.metrodelegados.com.ar. En sus más de 7.000 espacios no se encontrará ninguna condena del gobierno o de su estrategia: la reconstrucción de la burguesía nacional y el acuerdo con el imperialismo.

La expresión siguiente es la medida de la Declaración: “Bajo la presión del FMI, los bonistas y el G7, las Corporaciones internacionales y los grandes grupos económicos locales, el gobierno nacional no establece un programa que tenga como prioridad resolver los problemas más angustiantes de los trabajadores”. Es decir, bajo los pliegues del gobierno que anida en la Casa Rosada podría estar madurando una alternativa “nacional y popular”. Es lo que plantea la llamada izquierda “transversal”.

“Establecer” un programa cuya “prioridad” sea resolver los problemas de la clase obrera y el pueblo no corresponde a la naturaleza del gobierno, que se ha trazado el objetivo de reconstruir el capitalismo (y el Estado) a expensas de los trabajadores y las clases populares. La posibilidad que admite la Declaración no se corresponde con un gobierno que, junto con su predecesor Duhalde, ha impuesto el mayor ajuste fiscal desde la crisis de 1890 por medio de la devaluación y el congelamiento relativo de los salarios. Una política que ha hecho intervenir al Estado como pocas veces en la historia para mantener un nivel extraordinario de confiscación al pueblo a fin de pagar la deuda pública y promover los negocios de los capitalistas locales. Este rescate del Estado y la burguesía nacional a costa de las masas prepara el escenario de una próxima rebelión popular.

Los autores de la Declaración debaten sobre si la campaña debe girar en torno a una o cinco consignas, lo que es absolutamente irrelevante si se aprecia el carácter del planteo que encubre el reclamo por las seis horas.

¿“Política de empleo”?

Textualmente dice la Declaración: “En torno a esta propuesta se puede articular una política de empleo”. Frente a la desocupación masiva, ¿los trabajadores deben explicarle al capital los métodos para resolver el empleo, o, en cambio, desenvolver la lucha de clases para arrancar sus reclamos? La declaración quiere una salida legislativa y oficial. Este planteo se parece como dos gotas de agua al de la CTA para que el Estado “redistribuya los ingresos”.

La Declaración señala que “durante el primer año del gobierno Kirchner la economía creció fuertemente” y “sin embargo (sic), la desocupación se mantiene en el orden del 20%”. Al revés: la economía creció gracias a la desocupación y a la reducción salarial. ¿Para que está el gobierno capitalista si no es para consumar el extraordinario aumento de la explotación que surge de ésta y otras cifras? (Con el mismo número de obreros se acrecentó un 20% la producción industrial, contra salarios que pueden comprar un tercio menos de bienes que tres años atrás.) Ninguna paradoja. El gobierno K asegura este proceso capitalista de reactivación con la enorme devaluación, el congelamiento y el agravamiento del infierno laboral.

¿Y la reforma laboral?

Una expresión desnuda por sí sola el carácter del planteamiento: “En esta etapa el capital, a la par que excluye de la producción y el consumo a millones de trabajadores, a los que continúan trabajando los somete a la superexplotación”. ¿”El capital”? Los mentores de la campaña por las seis horas no dicen que el gobierno es responsable de la reforma laboral Banelco II que preservó, para “el capital”, el edificio íntegro de la flexibilidad laboral montado en los últimos veinte años. (Esto es una prueba, por otra parte, del carácter omnipresente de la CTA en la convocatoria. La CTA fue virtual firmante de la reforma laboral del gobierno K y propugna en Metrovías la “libertad sindical” que, en el subte, identifica a la corriente partidaria de montar un sindicato de la CTA paralelo a la UTA.)

De todos modos, el documento no traza ningún tipo de delimitación con la burocracia sindical que hoy está enfeudada en un 90% al gobierno, lo que podría llevar a suponer que la lucha por la reducción de la jornada laboral podría progresar de la mano de Hugo Moyano y Víctor De Gennaro.

Los jueces y el trabajo en negro

El desbarranque de la Declaración es homogéneo. No hay punto que pueda ser rescatado de la catástrofe conceptual y política. Plantea “denunciar la judicialización de la protesta social” cuando es el gobierno, que ha puesto en marcha todos los resortes camarillescos del Estado para enjuiciar a piqueteros y luchadores, el responsable de la represión, y no solamente los jueces. El esfuerzo que ponen en la adaptación política a los capitalistas es tal que los 350 pesos que se reclaman como asignación por los planes son definidos “como un piso para el salario de los trabajadores en negro”, que es lo que ha hecho la patronal.

Por esta razón, la campaña por las seis horas parida en el Bauen es un fuego de artificio armado por un conjunto de corrientes cuyo punto de encuentro es destruir el agrupamiento reivindicativo y político contenido en la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT).

jueves, 30 de septiembre de 2004

Elecciones en Metrovías

APLASTANTE TRIUNFO DE LOS LUCHADORES

El día 17 de septiembre se realizaron las elecciones de los veintiún delegados del subterráneo. De los ocho sectores, la burocracia de la UTA sólo pudo presentar lista en cinco, tres líneas y dos talleres.

La campaña electoral y la posterior elección se desarrollaron en una clara delimitación. De un lado, los candidatos de la burocracia; del otro, las ocho listas impulsadas por el Cuerpo de Delegados y los activistas. Las listas antiburocráticas triunfaron en siete sectores, todas las líneas y dos talleres. Sobre 1.500 votantes, 1.200 le dieron el triunfo a los luchadores. Como consecuencia de los grandes triunfos antipatronales y antiburocráticos de los últimos dos años, se ha consolidado una dirección del activismo, en tanto la burocracia de UTA ha quedado prácticamente barrida del subterráneo.

Ilusiones del viejo y de la vieja

Con la conquista de la jornada de seis horas para todos los trabajadores, bajo y sobre superficie, ingresaron al subterráneo cuatrocientos nuevos trabajadores. La patronal y la burocracia se las ingeniaron para repartirse estos ingresos, birlando al Cuerpo de Delegados la posibilidad de controlar los ingresos mediante una bolsa de trabajo. Esto suponía la creación de una base social patronal-burocrática que podía jugar contra el Cuerpo de Delegados que condujo todas las últimas luchas. Les salió el tiro por la culata: con la excepción de los talleres Polvorín-Bonifacio, el Cuerpo de Delegados del Subterráneo quedó bajo el control abrumador del activismo y los luchadores que en los últimos dos años escribieron las páginas más gloriosas de esta rama de la UTA.

Viéndosela venir, los burócratas de Palacios apelaron al fraude directo, escondiendo los padrones y el diagrama de votación, observándose ya, sobre la elección, que sectores que históricamente votaban en otro lado, esta vez aparecían en la Línea A. Se jugaron a este sector porque allí votaba la administración central y la mayor parte de los nuevos trabajadores. Y notablemente fue allí donde tuvieron la paliza más estrepitosa. Sobre un padrón de esa línea de 500 votantes, votaron 450, y de éstos, 290 votaron contra la lista burocrática.

Fue allí donde, al promediar la votación, un piquete de delegados y activistas tuvo que interrumpirla, para que una escribana verificara que la burocracia se negaba a entregar los padrones. Y sobre el cierre de la votación, una acción provocadora matonil de la burocracia llevó a una confrontación casi física con los trabajadores (ver nota).

También en la Línea B la burocracia se jugó a fondo contra el activismo. Bajo el lema de “nosotros o el caos”, intentaron quebrar a la vanguardia de la lucha. Su apuesta se basaba, además, en las dificultades por las que atravesó el activismo, que se encontró dividido durante todo el mandato de los delegados salientes, quienes nunca acordaron con la lucha por las seis horas. A su pesar, los trabajadores de la línea fueron sobrepasándolos, al obligarlos a cumplir con cada uno de los paros que arrancaron la victoria de los trabajadores de Metrovías. El balance de todo este proceso de luchas demostró al conjunto de los compañeros la necesidad de desplazar a estos delegados y proponer la lista de unidad que finalmente ganó, contra todos los pronósticos de la empresa y el sindicato.

La elección en Metrovías ha revelado un proceso de maduración de la conciencia política de este sector de vanguardia de la clase trabajadora argentina. Por delante se plantea un preciso trabajo de organización de los compañeros para enfrentar las tareas pendientes, la definitiva declaración de insalubridad y el resto de las reivindicaciones del Convenio.

Sobre esta base está planteada la perspectiva de convertir a subterráneos, junto a Transporte del Oeste y otros sectores antiburocráticos, en la plataforma de lanzamiento para la recuperación antiburocrática de la Unión Tranviarios Automotor.

Charly Pérez

"Se va a acabar la burocracia sindical"

Al grito de ¡se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical! unos 200 trabajadores y todos los delegados del subterráneo custodiaron el conteo de los votos en la plataforma de la estación Río de Janeiro de la Línea A, donde se realizó la elección de ese sector.

Esta situación se dio porque los compañeros, avisados de que la burocracia había movilizado tres micros con 150 “batatas”, que también estaban apostados en la otra punta del andén, hicieron esta convocatoria, que impidió cualquier maniobra fraudulenta.

Los compañeros que estaban trabajando en los trenes, al pasar por la estación hacían sonar estrepitosamente las bocinas en apoyo a los compañeros, y al momento que se anunció el triunfo los “batatas” debieron retirarse ante el emocionante festejo de los trabajadores que también abuchearon a voz en cuello a la burocracia.

Charly Pérez

jueves, 9 de septiembre de 2004

En el subte: Votemos por los luchadores independientes del Estado patronal

El 20 de este mes se realizan las elecciones para la renovación del Cuerpo de Delegados de Subterráneos. Este Cuerpo de Delegados lideró la recuperación de la jornada de 6 horas por trabajo insalubre con aumento de salarios, propinando un golpe fundamental a 20 años de ofensiva patronal, flexibilizadora, hambreadora y antigremial en el movimiento obrero argentino.

La patronal, el gobierno y la burocracia de Palacios operaron y siguen operando por la destrucción del Cuerpo de Delegados.

Metrovías montó una persecución penal contra los trabajadores, que fue derrotada. Ha incorporado al plantel a elementos adictos al aparato burocrático o a familiares de jefes y supervisores.

Lo que está en juego

La elección de delegados plantea dos desafíos. Uno, la burocracia que pugna por lograr una minoría y tener voz propia. Dos, existe un intento de corrientes afines al gobierno que se escuda en la bandera de desafiliar a Metrovías de UTA, para integrarse a la CTA y desviar al Cuerpo de Delegados por las 6 horas (que la patronal ha apelado al Consejo Federal del Trabajo para que sea declarada nula) que Tomada está “cajoneando”. También existe un conjunto de reclamos planteados.

Se está tratando de armar una campaña por las seis horas de jornada laboral en todo el país que es, en realidad, el taparrabos para armar una tendencia contra los delegados ligados a la Asamblea Nacional de Trabajadores. El gobierno y el ibarrismo hicieron “bajar” a sus propios diputados para tratar de consumar este operativo, para lo cual contaron con apoyo de la izquierda democratizante.

Las grandes tareas planteadas siguen, sin embargo, inamovibles: 1)° consolidar la conquista de la jornada de 6 horas, completando los turnos en todos los puestos de trabajo, respetando las promociones, restituyendo el mantenimiento; 2)° lograr la oficialización de la aún precaria condición de insalubridad y sus consecuencias, jubilación a los 55, pago nocturno, antigüedad; 3) afirmar una conducción clasista y antiburocrática en esta rama de trabajadores de la UTA, con proyección al resto del gremio y del movimiento obrero. Ese es el programa del activismo en esta elección de delegados.

Existe demasiado triunfo, demasiado prestigio obrero y demasiado desprestigio de la odiada burocracia como para temer una derrota a manos de ésta. Pero no hay que distraerse ni un minuto, van a maniobrar, van a modificar el mapa y los lugares de votación, pueden intentar una provocación laboral o cualquier otra, con tal de meter dos o tres candidatos propios. El número mínimo legal, por ejemplo, para firmar un convenio contra los trabajadores.

Llamamos a no dejar que entre un solo delegado de la burocracia y a elegir en todas las líneas y talleres a los compañeros más consecuentes y, por lo tanto, independientes del Estado y los gobiernos patronales.

Christian Rath
(sobre la base de informes de Sergio Villamil y Rubén Schofrin)

jueves, 15 de abril de 2004

TODOS SOMOS METROVIAS Y TDO

Santa semana, si las hubo! Primero, los compañeros del subte de Buenos Aires, que conquistaron la jornada de 6 horas, hicieron morder el polvo de la derrota a la conspiración montada entre el Ministerio de Trabajo y la burocracia de UTA.

Por medio de un convenio firmado a espaldas de los trabajadores pretendían promover un despido masivo de trabajadores.

Invocaban para ello una ‘innovación tecnológica’ que no planteaba ninguna ‘innovación’ en las vetustas instalaciones de los talleres, ninguna renovación en las vías, ningún cambio real de vagones, ni siquiera en la señalización o normas de salud y seguridad.

La burocracia de la UTA había pretendido imponer la renuncia a las seis horas.

Luego de haber tenido que recular durante varios años ante la ofensiva patronal, la derrota de los Roggio por la organización que encabeza el cuerpo de delegados marca un principio de viraje en la tendencia del conjunto del movimiento obrero.

La lucha de Metrovías fue apoyada por una gran movilización piquetera.

Los desocupados concurrían a la solidaridad con los ocupados cuando lo habitual, bajo el capitalismo, es que sean forzados a actuar como rompehuelgas.

Segundo, la lucha enérgica y victoriosa de Metrovías conmovió las entrañas de otro gran sector obrero, los choferes de TDO, sus compañeros de sindicato.

El lunes 12 conmovieron al país ocupando Plaza de Mayo con casi un centenar de colectivos y más de mil choferes y sus familias.

Venían a denunciar la trenza de las intendencias, los buitres del transporte y la patronal vaciadora que ha vaciado la empresa.

Venían a denunciar los subsidios del gobierno, no a los trabajadores, sino a los vaciadores.

Venían a defender salarios, puestos de trabajo y la misma empresa, y si es necesario a que sea expropiada y entregada a los trabajadores.

El miércoles 14 volvieron a la Plaza y organizaron un acampe.

Es que se trata de una lucha entre la vida y la muerte.

Metrovías y TDO no eran sino una réplica de los petroleros de Santa Cruz y de las piqueteras de Caleta Olivia, que acaban de imponer una sonora victoria contra las Repsol que acaparan el gas contra el pueblo.

La réplica de los obreros de Gatic que, en San Martín, Pigüé y Coronel Suárez reclaman la puesta en marcha de la fábrica con cooperativas y gestión obrera.

Los piqueteros de puertas adentro se han puesto definitivamente en marcha.

Emerge la futura dirección de UTA

TDO y METROVÍAS

La presencia del Cuerpo de Delegados de Metrovías junto a los trabajadores de Transporte del Oeste (TDO) en la Plaza de Mayo el día en que éstos protagonizaron el “micrazo” en defensa de sus puestos de trabajo, puso de manifiesto una corriente sindical que, en realidad, está presente en toda la UTA.

En los cuerpos de delegados de Metrovías y TDO está presente una de las mejores selecciones que ha producido la vanguardia obrera en nuestro país.

La lucha de los trabajadores del subte por las seis horas atravesó un largo período de experiencias. Esa lucha y la de TDO por la gestión obrera, fue un factor de homogeneización de la masa de trabajadores.

La presencia de los delegados de Metrovías junto a los de TDO fisonomiza una dirección alternativa en la UTA.

Llamamos a todos los activistas en las líneas de transporte a poner en pie un movimiento de recuperación clasista del sindicato junto a estas direcciones obreras, y a dar todos los pasos prácticos para lograrlo.

jueves, 8 de abril de 2004

Metrovías: Gran victoria obrera

Después de cuatro días de huelga, los trabajadores de Metrovías lograron un resonante triunfo.

El ministro de Trabajo tuvo que reconocer las 6 horas para todo el personal de Metrovías. Esto significa, en los hechos, la derogación del acta firmada entre la patronal y la burocracia de la UTA, que establecía que los boleteros deberían cumplir una hora extra diaria “con carácter obligatorio” (acta-‘acuerdo’ firmada el 1º de abril); es decir, una jornada de 7 horas.

También dio marcha atrás con el punto que autorizaba a la patronal a instalar de inmediato máquinas expendedoras de boletos que reemplazan trabajo obrero. Se constituyó una “comisión para analizar el plan de inversiones, con el fin de mantener y renovar el material rodante garantizando la mejor prestación del transporte de pasajeros”, que analizará cuándo, cómo y con qué garantías se autorizará la instalación de las expendedoras.

Esta resolución surgió luego de que Carlos Pérez, delegado del taller Rancagua, denunciara en el Ministerio la precariedad del mantenimiento de los trenes, lo que pone en peligro la seguridad de trabajadores y pasajeros. La comisión tendrá un veedor elegido por los obreros.

Por supuesto que la clave de la victoria fue la reincorporación del centenar de compañeros despedidos y el levantamiento del pedido de desafuero a los delegados.

El Cuerpo de Delegados fue reconocido como representante de los trabajadores. En la negociación, el Cuerpo de Delegados estaba en una habitación y las delegaciones de la patronal y de la burocracia de UTA estaban en otra; el ministro mediaba entre ambos sectores.

Huelga en ascenso

La huelga se venía fortaleciendo sistemáticamente. Cada hora se integraban más trabajadores a los piquetes en las cabeceras para impedir la salida de los trenes. Se constituyeron comisiones de solidaridad con vecinos, piqueteros y estudiantes en cada una de las cinco cabeceras.

Los intentos patronales para quebrar la lucha fracasaron. Intentó desalojar los túneles ocupados por los obreros con la policía, montar provocaciones usando la bronca de los pasajeros, mover trenes por tramos cortos con jefes.

Todo esto fracasó por la firme resistencia obrera y el creciente apoyo popular. Entre los colectiveros, también afiliados a la UTA, hubo una fuerte corriente de simpatía hacia los huelguistas del subte. Cuando se preanunciaba el triunfo, los colectiveros que pasaban frente al Ministerio de Trabajo tocaban bocinazos de apoyo y festejo. Lo mismo ocurría en las cabeceras de las líneas de colectivos.

Derrota de la flexibilidad laboral

La huelga derrotó la política de flexibilización y precarización laboral de la nueva reforma laboral de Kirchner, sucesora de la Ley Banelco.

Tanto o más importante, la huelga derrotó el intento de la patronal y de la burocracia de quebrar al Cuerpo de Delegados, representación de los trabajadores del subte, que encabezó la lucha por la reconquista de las seis horas.

Se ha obtenido una gran victoria, tanto con respecto a las condiciones de trabajo, como a la defensa de la organización obrera.

Junto con las luchas de Santa Cruz, los municipales de la Capital, los trabajadores de Carrefour y, en otro plano, el enorme progreso de la Naranja en el gremio gráfico, la victoria de la huelga de Metrovías contra la patronal, la burocracia y el Estado, lograda con los métodos piqueteros de la huelga, la ocupación y el piquete, muestra que en el movimiento obrero se está abriendo una nueva etapa.

jueves, 26 de febrero de 2004

Histórico triunfo en el Premetro

El 10 de febrero se firmó la reducción a 6 horas de la jornada para los conductores del Premetro, como también para los compañeros de instalaciones fijas que desempeñan sus tareas en dicho ámbito (señalistas, vías)
Con los mejores convenios, cuando los demás sectores tenían jornada de 6 horas por estar bajo tierra, el Premetro tenía 7 horas para por estar en la superficie. Con este argumento, la UTA ignoraba el reclamo.
Esta conquista es producto de la firmeza de los trabajadores del Premetro, que lucharon aplicando de hecho la jornada: llegaban las 6 horas y marcaban su tarjeta, y se retiraban del trabajo. El apoyo del Cuerpo de Delegados fue total. Se realizaron asambleas de líneas, que votaron parar con el Premetro si la patronal contraatacaba.
La actitud de los trabajadores del Premetro abrió la vía para la aprobación de las 6 horas en los sectores que faltan: Boleterías, Medalla, Florida y taller Polvorín. Puntos que están en la agenda de las negociaciones con la empresa en el mes de marzo. En el caso de boleterías, el Cuerpo de Delegados resolvió recorridas y asambleas en todas las líneas para preparar las condiciones para esta próxima conquista.

Ascensos y promociones

Con la nueva jornada de trabajo se produjeron ascensos masivos de categoría, de boleteros a guardas y de guardas a conductores. La empresa promocionó a los trabajadores con una política claramente discriminatoria, dejando fuera de los ascensos a activistas que lucharon por todas las reivindicaciones.
El convenio firmado por la UTA en 1994 no fija un procedimiento de ascensos y promociones, dejando que la empresa utilice el dedo, como un arma política para sancionar o premiar.
Está planteado que el Cuerpo de Delegados tome este punto, tan sentido por los compañeros, en las próximas negociaciones con la empresa, respetándose la antigüedad como referencia para las promociones y el ejercicio de la tarea en categorías superiores.

Bolsa de trabajo

Junto con esto se abre también el tema de la incorporación de personal. La empresa ha incorporado 200 trabajadores sobre 400 que se necesitan para el tercer turno. Y lo ha hecho con aspirantes propuestos por las jefaturas.
Es necesario que intervengan los trabajadores que conquistaron las 6 horas en la incorporación de una proporción de nuevos empleados, mediante una bolsa de trabajo controlada por el Cuerpo de Delegados.
Ch.P.

Histórico triunfo en el Premetro

El 10 de febrero se firmó la reducción a 6 horas de la jornada para los conductores del Premetro, como también para los compañeros de instalaciones fijas que desempeñan sus tareas en dicho ámbito (señalistas, vías)

Con los mejores convenios, cuando los demás sectores tenían jornada de 6 horas por estar bajo tierra, el Premetro tenía 7 horas para por estar en la superficie. Con este argumento, la UTA ignoraba el reclamo.

Esta conquista es producto de la firmeza de los trabajadores del Premetro, que lucharon aplicando de hecho la jornada: llegaban las 6 horas y marcaban su tarjeta, y se retiraban del trabajo. El apoyo del Cuerpo de Delegados fue total. Se realizaron asambleas de líneas, que votaron parar con el Premetro si la patronal contraatacaba.

La actitud de los trabajadores del Premetro abrió la vía para la aprobación de las 6 horas en los sectores que faltan: Boleterías, Medalla, Florida y taller Polvorín. Puntos que están en la agenda de las negociaciones con la empresa en el mes de marzo. En el caso de boleterías, el Cuerpo de Delegados resolvió recorridas y asambleas en todas las líneas para preparar las condiciones para esta próxima conquista.

Ascensos y promociones

Con la nueva jornada de trabajo se produjeron ascensos masivos de categoría, de boleteros a guardas y de guardas a conductores. La empresa promocionó a los trabajadores con una política claramente discriminatoria, dejando fuera de los ascensos a activistas que lucharon por todas las reivindicaciones.

El convenio firmado por la UTA en 1994 no fija un procedimiento de ascensos y promociones, dejando que la empresa utilice el dedo, como un arma política para sancionar o premiar.

Está planteado que el Cuerpo de Delegados tome este punto, tan sentido por los compañeros, en las próximas negociaciones con la empresa, respetándose la antigüedad como referencia para las promociones y el ejercicio de la tarea en categorías superiores.

Bolsa de trabajo

Junto con esto se abre también el tema de la incorporación de personal. La empresa ha incorporado 200 trabajadores sobre 400 que se necesitan para el tercer turno. Y lo ha hecho con aspirantes propuestos por las jefaturas.

Es necesario que intervengan los trabajadores que conquistaron las 6 horas en la incorporación de una proporción de nuevos empleados, mediante una bolsa de trabajo controlada por el Cuerpo de Delegados.

Charly Perez

jueves, 12 de febrero de 2004

MAQUINAS EXPENDEDORAS EN EL SUBTE

Enérgica respuesta de los trabajadores a la ofensiva patronal

En medio de la negociación del cuerpo de delegados con la empresa por la reducción de la jornada a 6 horas para todos los sectores, y habiendo llegado a un acuerdo para proseguir las discusiones en marzo, la patronal de Metrovías lanzó una nueva ofensiva, instalando el jueves 29 de enero diez máquinas expendedoras en la estación de Retiro de la línea "C". La respuesta de los trabajadores fue inmediata: el Cuerpo de Delegados (CD) se autoconvocó en Retiro y, ante la negativa de la empresa a retirar las máquinas, comenzó a hacerlo en la práctica, generando roces y forcejeos con la seguridad de Metrovías. El paso siguiente fue la realización de asambleas en todos los sectores, las cuales mandataron al CD a iniciar un plan de lucha que comenzaría el viernes a las 13 hs, con paros de tres horas por turno en todas las líneas y talleres.
Este plan fue dado a conocer el mismo viernes, en una conferencia de prensa que co ntó con la presencia masiva de los medios. Ante la firmeza de los trabajadores, la empresa y el Estado operaron contra reloj. La viceministra de Trabajo, Noemí Real, convocó de urgencia a una audiencia en el ministerio, donde la UTA y Metrovías (no fue invitado el CD) firmaron una conciliación obligatoria por 15 días, donde se conminaba a la empresa a retirar las máquinas en el término de tres días, fijando una nueva reunión para el miércoles 4, cuya finalidad era verificar su cumplimiento.
Como no podía ser de otra manera, la UTA dejó su marca en la firma del acta de conciliación dejando expresado que la empresa buscaba con esta provocación obtener nuevos beneficios del Estado y que con su actitud beneficiaba a "elementos sin personería gremial" que sacaban provecho político de la situación. Aparte de buchona, contra el Cuerpo de Delegados, la burocracia trata de ocultar que la patronal no afloja en su actitud de no dar cumplimiento a la incorporación de nuevo personal.
Esta nueva pulseada dejó planteada la necesidad de profundizar la organización de los trabajadores del subte. El CD continúa con asambleas por sector para organizar la lucha por las 6 horas, para todos los sectores que aún no las tienen, y por el conjunto de reivindicaciones pendientes, entre ellas una muy importante: el reconocimiento ante la empresa y la UTA de la autoridad que se ha ganado el CD.


Corresponsal

jueves, 22 de enero de 2004

El camino de las 6 horas

La aplicación de la jornada de 6 horas que coronó la gran lucha de los trabajadores del subte es resistida por la patronal de todas las maneras posibles. La empresa apeló la medida y también las resoluciones judiciales que obligaron a aplicar el insalubre hasta tanto se pronuncien definitivamente los organismos técnicos. Mientras tanto no paga los aportes previsionales correspondientes al nuevo régimen, ni el plus por trabajo nocturno, que considera eliminado por la reducción horaria. Ni ha incorporado todo el personal necesario para el funcionamiento del nuevo turno, tratando de suplir las falencias con nuevos diagramas horarios, modificación de vacaciones y otras medidas que perjudican a los trabajadores. Otra provocación patronal, es la arbitrariedad en la promoción interna de boleteros a guardas y conductores, desconociendo antigüedades y castigando notoriamente a los activistas más reconocidos.
Pero la situación más conflictiva se produce en los sectores que quedaron fuera de la consideración de la insalubridad en el decreto del gobierno porteño, talleres de superficie, boleterías; Premetro. Los trabajadores del Premetro acaban de protagonizar una importante lucha, cuando decidieron ellos también trabajar 6 horas y retirarse. La patronal amenazó con descontarles las dos horas, los obreros anunciaron un paro apoyado por el resto de las líneas en asambleas y denunciaron a la empresa por no garantizar el servicio de Premetro hasta las 21 horas.
La patronal reculó, en Premetro se trabaja 6 horas y dos horas las pagará como extras. Ahora los trabajadores reclaman un único pago como en el resto de los sectores, porque el pago de extras es precario.
Este y otros choques han abierto una situación de conflictividad. El Cuerpo de Delegados ha empezado a discutir con la gerencia de personal la jornada de trabajo de 6 horas para la totalidad de los sectores, incluyendo las boleterías. Junto a otros reclamos como el ingreso del personal necesario, el pago correcto de la antigüedad, más delegados y el pago de los permisos gremiales, el reconocimiento del Cuerpo de Delegados como la representación directa de los trabajadores.
No hay que olvidar que esta empresa concesionaria, está recibiendo un incremento millonario en los subsidios que paga el Estado, con lo cual no pone un mango de su bolsillo para estas reformas necesarias. Esto mientras aumentan los usuarios y la recaudación y la extensión de líneas y nuevas estaciones también es financiada con dinero público.
La consigna es 6 horas para todos. El método, el de siempre, el reclamo apoyado en las asambleas de las líneas y la preparación de un plan de acción para garantizar las conquistas.


Charly Pérez - S.V.