jueves, 30 de septiembre de 2004

Elecciones en Metrovías

APLASTANTE TRIUNFO DE LOS LUCHADORES

El día 17 de septiembre se realizaron las elecciones de los veintiún delegados del subterráneo. De los ocho sectores, la burocracia de la UTA sólo pudo presentar lista en cinco, tres líneas y dos talleres.

La campaña electoral y la posterior elección se desarrollaron en una clara delimitación. De un lado, los candidatos de la burocracia; del otro, las ocho listas impulsadas por el Cuerpo de Delegados y los activistas. Las listas antiburocráticas triunfaron en siete sectores, todas las líneas y dos talleres. Sobre 1.500 votantes, 1.200 le dieron el triunfo a los luchadores. Como consecuencia de los grandes triunfos antipatronales y antiburocráticos de los últimos dos años, se ha consolidado una dirección del activismo, en tanto la burocracia de UTA ha quedado prácticamente barrida del subterráneo.

Ilusiones del viejo y de la vieja

Con la conquista de la jornada de seis horas para todos los trabajadores, bajo y sobre superficie, ingresaron al subterráneo cuatrocientos nuevos trabajadores. La patronal y la burocracia se las ingeniaron para repartirse estos ingresos, birlando al Cuerpo de Delegados la posibilidad de controlar los ingresos mediante una bolsa de trabajo. Esto suponía la creación de una base social patronal-burocrática que podía jugar contra el Cuerpo de Delegados que condujo todas las últimas luchas. Les salió el tiro por la culata: con la excepción de los talleres Polvorín-Bonifacio, el Cuerpo de Delegados del Subterráneo quedó bajo el control abrumador del activismo y los luchadores que en los últimos dos años escribieron las páginas más gloriosas de esta rama de la UTA.

Viéndosela venir, los burócratas de Palacios apelaron al fraude directo, escondiendo los padrones y el diagrama de votación, observándose ya, sobre la elección, que sectores que históricamente votaban en otro lado, esta vez aparecían en la Línea A. Se jugaron a este sector porque allí votaba la administración central y la mayor parte de los nuevos trabajadores. Y notablemente fue allí donde tuvieron la paliza más estrepitosa. Sobre un padrón de esa línea de 500 votantes, votaron 450, y de éstos, 290 votaron contra la lista burocrática.

Fue allí donde, al promediar la votación, un piquete de delegados y activistas tuvo que interrumpirla, para que una escribana verificara que la burocracia se negaba a entregar los padrones. Y sobre el cierre de la votación, una acción provocadora matonil de la burocracia llevó a una confrontación casi física con los trabajadores (ver nota).

También en la Línea B la burocracia se jugó a fondo contra el activismo. Bajo el lema de “nosotros o el caos”, intentaron quebrar a la vanguardia de la lucha. Su apuesta se basaba, además, en las dificultades por las que atravesó el activismo, que se encontró dividido durante todo el mandato de los delegados salientes, quienes nunca acordaron con la lucha por las seis horas. A su pesar, los trabajadores de la línea fueron sobrepasándolos, al obligarlos a cumplir con cada uno de los paros que arrancaron la victoria de los trabajadores de Metrovías. El balance de todo este proceso de luchas demostró al conjunto de los compañeros la necesidad de desplazar a estos delegados y proponer la lista de unidad que finalmente ganó, contra todos los pronósticos de la empresa y el sindicato.

La elección en Metrovías ha revelado un proceso de maduración de la conciencia política de este sector de vanguardia de la clase trabajadora argentina. Por delante se plantea un preciso trabajo de organización de los compañeros para enfrentar las tareas pendientes, la definitiva declaración de insalubridad y el resto de las reivindicaciones del Convenio.

Sobre esta base está planteada la perspectiva de convertir a subterráneos, junto a Transporte del Oeste y otros sectores antiburocráticos, en la plataforma de lanzamiento para la recuperación antiburocrática de la Unión Tranviarios Automotor.

Charly Pérez

"Se va a acabar la burocracia sindical"

Al grito de ¡se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical! unos 200 trabajadores y todos los delegados del subterráneo custodiaron el conteo de los votos en la plataforma de la estación Río de Janeiro de la Línea A, donde se realizó la elección de ese sector.

Esta situación se dio porque los compañeros, avisados de que la burocracia había movilizado tres micros con 150 “batatas”, que también estaban apostados en la otra punta del andén, hicieron esta convocatoria, que impidió cualquier maniobra fraudulenta.

Los compañeros que estaban trabajando en los trenes, al pasar por la estación hacían sonar estrepitosamente las bocinas en apoyo a los compañeros, y al momento que se anunció el triunfo los “batatas” debieron retirarse ante el emocionante festejo de los trabajadores que también abuchearon a voz en cuello a la burocracia.

Charly Pérez

jueves, 9 de septiembre de 2004

En el subte: Votemos por los luchadores independientes del Estado patronal

El 20 de este mes se realizan las elecciones para la renovación del Cuerpo de Delegados de Subterráneos. Este Cuerpo de Delegados lideró la recuperación de la jornada de 6 horas por trabajo insalubre con aumento de salarios, propinando un golpe fundamental a 20 años de ofensiva patronal, flexibilizadora, hambreadora y antigremial en el movimiento obrero argentino.

La patronal, el gobierno y la burocracia de Palacios operaron y siguen operando por la destrucción del Cuerpo de Delegados.

Metrovías montó una persecución penal contra los trabajadores, que fue derrotada. Ha incorporado al plantel a elementos adictos al aparato burocrático o a familiares de jefes y supervisores.

Lo que está en juego

La elección de delegados plantea dos desafíos. Uno, la burocracia que pugna por lograr una minoría y tener voz propia. Dos, existe un intento de corrientes afines al gobierno que se escuda en la bandera de desafiliar a Metrovías de UTA, para integrarse a la CTA y desviar al Cuerpo de Delegados por las 6 horas (que la patronal ha apelado al Consejo Federal del Trabajo para que sea declarada nula) que Tomada está “cajoneando”. También existe un conjunto de reclamos planteados.

Se está tratando de armar una campaña por las seis horas de jornada laboral en todo el país que es, en realidad, el taparrabos para armar una tendencia contra los delegados ligados a la Asamblea Nacional de Trabajadores. El gobierno y el ibarrismo hicieron “bajar” a sus propios diputados para tratar de consumar este operativo, para lo cual contaron con apoyo de la izquierda democratizante.

Las grandes tareas planteadas siguen, sin embargo, inamovibles: 1)° consolidar la conquista de la jornada de 6 horas, completando los turnos en todos los puestos de trabajo, respetando las promociones, restituyendo el mantenimiento; 2)° lograr la oficialización de la aún precaria condición de insalubridad y sus consecuencias, jubilación a los 55, pago nocturno, antigüedad; 3) afirmar una conducción clasista y antiburocrática en esta rama de trabajadores de la UTA, con proyección al resto del gremio y del movimiento obrero. Ese es el programa del activismo en esta elección de delegados.

Existe demasiado triunfo, demasiado prestigio obrero y demasiado desprestigio de la odiada burocracia como para temer una derrota a manos de ésta. Pero no hay que distraerse ni un minuto, van a maniobrar, van a modificar el mapa y los lugares de votación, pueden intentar una provocación laboral o cualquier otra, con tal de meter dos o tres candidatos propios. El número mínimo legal, por ejemplo, para firmar un convenio contra los trabajadores.

Llamamos a no dejar que entre un solo delegado de la burocracia y a elegir en todas las líneas y talleres a los compañeros más consecuentes y, por lo tanto, independientes del Estado y los gobiernos patronales.

Christian Rath
(sobre la base de informes de Sergio Villamil y Rubén Schofrin)