jueves, 25 de septiembre de 2003

Nueva capitulación de Ibarra

El miércoles 17, el gobierno de Ibarra promulgó una resolución por la cual autoriza, por 30 días, a que el personal de Metrovías trabaje 8 horas, cobrando como extras las dos que exceden a la jornada de 6 horas, que corresponde legalmente por trabajo insalubre, y que los trabajadores acaban de conquistar. En esos 30 días se debería adecuar el servicio a la nueva jornada de 6 horas.
El gobierno de Ibarra vuelve a actuar como agente de la patronal concesionaria, Roggio-Metrovías, porque la empresa en ningún momento acató la resolución 1105 de la Ciudad, que redujo la jornada. Es más, impugnó la medida ante el Consejo Federal del Trabajo y desconoció los dictámenes de dos jueces laborales y del subsecretario de Regulación y Fiscalización de la Ciudad, todos los cuales sostuvieron que la jornada de 6 horas está vigente.
Desde que salió aquella resolución, el viernes 12, los trabajadores adoptaron el nuevo horario de 6 horas. Como la empresa no tomó las medidas necesarias para organizar los nuevos horarios y la puesta en marcha de un nuevo turno, los servicios empezaron a atrasarse.
La nueva resolución del gobierno ibarrista no es una medida "sensata", consensuada entre las partes, para mejor ordenar el trabajo en los nuevos horarios, sino una nueva imposición del pulpo a Ibarra.
Ibarra ya había jugado un papel miserable en esta historia, cuando vetó, el año pasado, la ley de reducción de la jornada en los subtes, que había sido el remate de 10 años de lucha de los trabajadores (ver PO N° 817). A este "progresista" no le tembló la mano a la hora de presionar, e incluso sobornar, a un grupo de legisladores para cumplir con el mandato de los Roggio. Ahora, Kirchner e Ibarra tampoco reconocen la insalubridad estructural del trabajo subterráneo sino que esgrimen mediciones ambientales que la empresa podría disputar luego de introducir algunos cambios. La resolución de los trabajadores y su cuerpo de delegados de ir a la huelga general, en las vísperas de las elecciones del 24/9, obligó a Ibarra a buscar una solución de compromiso.
Los trabajadores han aceptado la nueva resolución y volvieron a trabajar 8 horas, bajo la condición de que se paguen dos extras y de que al cumplirse el día 30, todo el mundo se retira al terminar las 6 horas. Mucho antes, la patronal deberá dar señales claras de que se reestructuran los turnos, especialmente tomando 400 nuevos trabajadores. Una señal en este sentido se obtendrá cuando el lunes 22 la empresa deba fijar posición ante el juez interviniente que la ha citado, juntamente con la directiva de la Uta y el cuerpo de delegados.


S.V.

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