jueves, 17 de febrero de 2005

“Obreras y obreros condenados a la sordera”

TESTIMONIO DE LA COMPAÑERA G., GUARDA DE LA LINEA A

“Esta semana fui a hacerme una audiometría por intermedio de mi obra social con el fin de poder tomar los recaudos necesarios para evitar la pérdida completa de la audición. La respuesta que me dieron los médicos fue que sólo podían hacerme unos tapones a medida para los oídos, pero éstos sólo me pueden resguardar el 20% de la audición, dado que además del ruido lo que más afecta son las vibraciones del tren, con lo cual si sigo trabajando acá hasta jubilarme estoy condenada a quedarme sorda. Esto hace primordial la lucha por reducir la edad necesaria para jubilarnos para no quedarnos completamente sordos.”

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