jueves, 1 de julio de 2010

Los K vienen por más

La intención, que manifiestan funcionarios de Tomada, de subordinar al nuevo sindicato (AGTSyP) a un acuerdo sobre ingreso de personal y ascensos, que firmaría el Ministerio de Trabajo con la UTA, es un paso audaz hacia la disolución del sindicato de los luchadores.

La propuesta presentada en torno a ingresos y ascensos mantiene ambos procedimientos totalmente bajo control de la patronal, con fuerte ingerencia de
la UTA. Llamarle a esto “bolsa de trabajo” es una impostura, ya que los trabajadores no tendrán más participación, que presentar familiares como postulantes, cuya selección quedará absolutamente a criterio de la empresa.

El convenio, además, sería firmado por Metrovías y la burocracia de la UTA, para que luego pasen a notificarse los delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro.

El antecedente de este procedimiento reside en los acuerdos firmados exclusivamente con la UTA, encargando a la burocracia unos cursos de “formación” a cambio de un “subsidio” varias veces millonario. Estos cursos serían una condición (filtro) para el ingreso y las promociones. Se trata de una nueva avanzada del kirchnerismo, con miras a neutralizar y disolver a la vanguardia histórica del subte. A fines del año pasado, el ministerio de Tomada logró imponer unas actas de “paz social” que prohíben toda medida de fuerza vinculada tanto al reconocimiento del nuevo sindicato como al desplazamiento de la UTA como único sindicato reconocido en el sector. A cambio de ello, inventó una suerte de reconocimiento “off the record” de los auténticos “metrodelegados”, fundado en ninguna ley. Así, el reconocimiento de la AGTSyP quedaba fuera de la agenda por un año y la UTA, en cambio, mantenía su estatus y todas sus prerrogativas.

Ahora, esta política se agotó. La conflictividad creciente en las líneas –producto de la sobreexigencia y el deterioro de las condiciones de trabajo, así como de la presencia provocadora de la patota de la UTA– ha hecho trizas la “paz social”. De aquí, la nueva ofensiva: que los delegados de AGTSyP pasen de “tutelados” por el ministerio a ser pupilos de la UTA. De imponerse, esta variante sería un paso muy serio hacia la esterilización del nuevo sindicato.
Sería un gran retroceso para los obreros del subte una convivencia de este tipo con la patota enemiga de los trabajadores.

Asambleas en las líneas –en la A, en la B– vienen recogiendo la protesta y casi un ultimátum de las bases, que exigen frenar las provocaciones de la patronal y reclaman nombramientos, más personal, más trenes y salarios acordes con la necesidad de cumplir con un servicio que se mantiene, a pura presión, al borde del colapso.

Si el cuerpo de delegados no da salida a estos reclamos y tensiones de conjunto, probablemente estallen conflictos sectoriales serios o intentos patronales de golpear más a fondo, sin descartar una combinación de ambos.

La Agrupación Trabajadores de Metrovías está realizando una amplia campaña de denuncia sobre las verdaderas intenciones patronales y burocráticas que se esconden tras la “bolsa de trabajo” y la necesidad de pasar a un plan de acción con vistas a resolver los reclamos y el reconocimiento de la AGTSyP.


CdM

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