jueves, 22 de noviembre de 2012

El paro de la B y un masivo ausentismo dividieron aguas



La adhesión masiva se manifestó en los días previos. Un factor importante residió en las reivindicaciones en juego. El impuesto a los sueldos se lleva hasta 2.500 pesos o más en algunos casos; ni hablar del recorte generalizado de las asignaciones familiares. Impactó mucho la reforma reaccionaria de Cristina a la ley de ART, en un medio donde dos trabajadores murieron electrocutados en el término de un año y donde se recuerda vivamente el ataque del gobierno a la “tendinitis” de los boleteros. O el 82% móvil jubilatorio para toda una camada de compañeros, que verán reducidos sus ingresos en más del 50% al pasar a retiro.
Toda esta tendencia chocó abiertamente con la conducción kirchnerista de la AGTSyP, que salió contra la huelga a calzón quitado. El secretario general, Roberto Pianelli, planteó abiertamente a los delegados que no pararían porque él es kirchnerista y apoya “el modelo”. Luego se reacomodó ante los medios, con un planteo sinuoso: dijo estar a favor de una reforma tributaria que grave a los altos ingresos, sin explicar qué alternativa ofrece -en lugar de la lucha- para impulsarla. Cayó muy mal en la base que el llamado a carnerear el paro se difundiera por comunicado de la comisión directiva, sin haber consultado a los trabajadores por ningún medio y vaciando así al sindicato como organización obrera. El adjunto Segovia, por su lado, que no apoyó movilizaciones previas de la CGT porque “no eran paros”, tampoco adhirió ahora que sí lo era. En su lugar, se sacó una foto que recorrió los medios, abrazado a Cristina en un acto oficial. Encima, la directiva patrocinó en la víspera del paro una presentación de libros de la editorial del gremio, con un panelista estrella: el ministro Tomada. Una verdadera provocación, no sólo por ser Tomada un enemigo de la clase obrera, amigo y socio del criminal Pedraza, sino, además, por ser el responsable central del bloqueo a la paritaria por nueve meses hasta la fecha, y el impulsor de la burocracia de la UTA como representante gremial oficial del subte, enterrando indefinidamente la personería de la AGTSyP.
La tendencia a la huelga, en ausencia de su organización por el sindicato, se expresó en un enorme ausentismo, que provocó que la Línea A no pudiera arrancar por la mañana, que la C corriera con sólo dos formaciones, la E con la mitad y la H con una. Los talleres se vaciaron. La expresión más avanzada y consciente del paro se dio en talleres San José, que votó la huelga en asamblea con un pliego de reclamos, y en Tráfico de la Línea B, donde el pianellismo fue derrotado en asamblea y delegados y activistas paralizaron totalmente la línea a las cinco de la mañana y durante toda la jornada.
La huelga delimitó los campos y dejó planteada la tarea de un reagrupamiento del activismo que apoyó el paro, con vistas a la lucha paritaria, contra el traspaso reaccionario, por la personería gremial y hacia la futura elección de delegados. La Agrupación Trabajadores de Metrovías desarrolló una enorme campaña por el paro y contra el carneraje y el desprecio por la democracia asamblearia de la directiva. Sus delegados fueron artífices del paro de la B.
Cristian Paletti

1 comentario:

Anónimo dijo...

Trabajadores de subte, el pueblo los apoys en su lucha contra este gobierno CORRUPTO E INFERNALMENTE DESTRUCTIVA AL PAIS! NO BAJEN LOS BRAZOS, PAREN, MARCHEN, EXPRIMANLOS COMO LE HACE AL PUEBLO!! FUERA REINA KK!!