martes, 5 de marzo de 2013

¿Qué pasa con la paritaria?


A CALENTAR MOTORES

  A nadie se le escapa que el 1º de marzo caducaron las actas salariales que rigieron hasta ahora y debió haber arrancado la nueva paritaria. Sería inaceptable que se repita lo sucedido con la paritaria 2012, cuando nos bicicletearon un año entero, para terminar firmando unas actas de dudosa legitimidad entre gallos y medianoche.

Esta paritaria que enfrentamos ahora es por muchas razones fundamental. Por un lado el gobierno nacional anunció un techo que ronde el 20%. Pero la pérdida de poder adquisitivo del 2012 y solo lo que va del 2013, ya ronda el 30%, en un año con una proyección de inflación que superará esa cifra. Y nadie se traga un “congelamiento de precios”, lanzado de palabra luego de los fabulosos aumentos de fin de año, que no tiene lista de precios máximos que nadie puede controlar y es sólo para supermercados, ya que el resto de la economía – combustibles, trasportes, servicios, impuestos, proveedores –  queda fuera del  “acuerdo”. Es una truchada cuyo único fin es dar un argumento a la burocracia sindical para que firme a la baja, o sea rebajas salariales para descargar el peso de la crisis en el bolsillo de la población trabajadora.

Es ilustrativo el ejemplo de los docentes. El gobierno les reventó la paritaria por decreto e impuso despóticamente un tope del 22%. Las burocracias oficialistas, tanto yaskistas como CGT rosada, 
salieron con un paro aislado a recobrar algo de autoridad frente a las bases docentes para cerrar toda perspectiva de lucha tanto a nivel nacional como en cada jurisdicción. Y terminar firmando como en la capital el 26% que ofreció Macri, en cuotas, que anualizado es un 21,66% real. O como Lezcano de Luz y Fuerza que firmó con Tomada y Kicilof un convenio por ¡18 meses! La conclusión es que para que no nos bajen el salario real no se puede ir por menos del 30%, de una sola vez y con actualización a los 6 meses. Macri vendrá con lo mismo al subte y con la amenaza – sancionada en la ley de traspaso – de que los aumentos salariales se traspasarán al precio del pasaje. 

El impuesto al salario y el enganche

Otro problema serio: todo aumento salarial hace que cada vez más trabajadores entren en la franja del impuesto de la Afip. El miserable 20% de corrección del mínimo no imponible por el gobierno K, por detrás de la inflación y luego de dos años sin ajuste, es una burla al reclamo de todo el movimiento obrero sobre su eliminación.  Tenemos que plantear, como se aplicó en Tiempo Argentino y otros convenios, que la patronal se haga cargo del pago de ese impuesto, hasta que se elimine.

Alertamos también sobre el enganche entre aumento y valor del pasaje incluido en la ley de traspaso del subte (art. 31), votada por macristas y kirchneristas, que Macri instrumentará para enfrentarnos con los pasajeros.  Es probable que en los $3.50 del nuevo boleto, ya esté calculado un miserable aumento salarial como el de los docentes.

No a la flexibilización laboral

Otro tema crucial es el que plantean los anuncios del macrismo en términos de condiciones de trabajo. Su programa, rubricado por Metrovías y la Uta en un acta de intención es de flexibilización laboral y superexplotación de la mano de obra, al punto que allí dice que las estaciones nuevas se inaugurarán sin incremento de personal y que los talleres de mantenimiento serán sometidos a nuevos horarios, traslados de personal y métodos de productividad laboral. En esta paritaria se plantea, entonces, la defensa de las condiciones de trabajo y los usos y costumbres conquistados con años de lucha, contra la ofensiva empresarial macrista.

Quien discute y firma el convenio

Ahora bien, estos son algunos de los grandes temas en juego en la paritaria. Hay otros como la bolsa de trabajo y el ingreso de personal, las licencias, la promoción de ascensos y categorías, o el tema fundamental de las condiciones de seguridad (laboral y del tráfico). Pero sabemos que la llave de todo reside en quien discute la paritaria y con qué método. No es lo mismo la Uta a puertas cerradas con Roggio y Macri, que la AGTSyP con mandato de la base y con aprobación de lo actuado por la misma. Los K y su ministro Tomada se abrieron de gambas en el tema subte y junto con el servicio le traspasaron a Macri la alianza con la UTA y el desconocimiento de la AGTSyP . El acta que firmó el Pro con la Uta y Metrovías no deja lugar a dudas sobre quien discutirá, según ellos, la paritaria. Es necesario tomar junto con la lucha paritaria la movilización por la personería a la AGTSyP.

Plan de acción e independencia política

Apoyada en el retraso de la paritaria anterior y el cobro del retroactivo en estos meses, la dirección de AGTSyP no a fijado posición sobre cómo encararemos la lucha paritaria y cuáles serán los reclamos. Sería un crimen que nuestra paritaria quede relegada y aislada del resto del movimiento obrero que está entrando a esta lucha. Y peor aún que llamen a la AGTSyP a firmar lo que la Uta se adelante a acordar y tenga todo cocinado. Proponemos por ello, además de intimar a la patronal a que abra las deliberaciones con AGTSyP, que empecemos a calentar motores, abriendo el debate en la base del gremio, mediante asambleas de base de las líneas y sectores para confeccionar el pliego de reclamos y para proponer compañeros que integren un cuerpo paritario que intervenga en todo el trámite y rinda cuentas ante sus asambleas. Preparemos una asamblea general que remate las deliberaciones, con un pliego único y otorgue mandato a nuestros paritarios. 

Alertamos finalmente, sobre que toda subordinación política al gobierno, se nacional o local, llevará a la adaptación a los topes salariales y a la pérdida de conquistas. Se requiere la más amplia independencia respecto del Estado, los gobiernos y las centrales burocráticas, para llevar adelante los reclamos genuinos de los trabajadores. La no - paritaria del 2012, el ninguneo de 12 meses, las medidas de acción frustradas incluido el encierro de 10 días en los túneles, el basureo por parte de los funcionarios macristas contra la AGTSyP, fueron el producto de la subordinación a la política y las imposiciones del gobierno K, por parte de la conducción sindical. Cumplió el mandato oficial de no hacer olas con la paritaria y en cambio centrarse en “Macri hacete cargo”. Un mandato que respondió a la crisis financiera del gobierno K, al agotamiento de los subsidios y a intereses electorales, pero no a los intereses de los trabajadores.

Decimos: Independencia absoluta de gobiernos y burócratas – reconocimiento del la AGTSyP y sus paritarios – si al salario y a la defensa de las condiciones de trabajo – no a la flexibilización laboral.

ATM

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