jueves, 9 de octubre de 1997

El Mas junto a la burocracia

"Por la jornada de 6 horas"; así titulaba el Mas una declaración nacional que repartió en oportunidad del paro del 14 de agosto último.
Sin embargo, en el único lugar del movimiento obrero en donde los trabajadores encaran la lucha por las 6 horas de trabajo, el Mas plantea la "reducción de la jornada laboral a 7 horas y sentar las bases para discutir las condiciones de insalubridad (las 6 horas)" (Solidaridad Socialista, 25/9).
Los trabajadores de subterráneos trabajaron durante mucho tiempo 6 horas, dadas las condiciones de insalubridad existentes (trabajo bajo tierra, sin luz natural, elevada temperatura, mala oxigenación, etc.). Esta conquista fue avasallada por las dictaduras de Onganía y Videla, y recuperada a su caída. Con Menem y la privatización también se borró la conquista —en 1994— aumentando la jornada a 7 horas y obligando a una hora "extra" adicional, es decir, a 8 horas.
Ahora, que los trabajadores de Metrovías se movilizan por la reducción de la jornada de trabajo, el Mas se coloca al lado de la burocracia de UTA para reclamar las 7 horas "y sentar las bases para discutir las condiciones de insalubridad, las 6 horas". No denuncia que ha sido esta burocracia la que firmó un convenio —sin consulta con los trabajadores y sobre la base del despido masivo de éstos— aceptando las 7 horas y la "hora extra". Se adapta a la burocracia sindical que dice combatir, en nombre del ‘realismo’.

Profundizar la lucha

Al grito de "el cuerpo se pudre, el subte es insalubre", y "ahora, ahora, queremos las 6 horas", y levantando carteles y pancartas contra la tercerización y por el aumento salarial, más de 200 trabajadores de Metrovías se movilizaron el viernes 3 hasta la sede del gobierno porteño, reclamando la recuperación de la jornada de 6 horas —que rigió por más de 37 años en el subterráneo— y exigiendo que se les reconozca el carácter insalubre de su trabajo. Esta movilización había sido precedida por jornadas de protesta y agitación, con uso masivo de barbijos, que contaron con la simpatía del público usuario y una importante repercusión en distintos medios.
Los representantes de la Ciudad sólo dieron como respuesta que iban por los trabajadores a investigar el tema, previa presentación de un petitorio. En la reunión con los delegados, Gallo, representante del gobierno, llegó incluso a chicanear a Lacuaníti (de la dirección de la Uta), diciendo que no entendía el reclamo porque la propia dirección de la Uta había firmado al privatizarse el subte la extensión de la jornada a 8 horas. Es que justamente la dirección de la Uta no quiere llevar a fondo el reclamo de insalubridad, y por ello es que una reciente declaración sólo reclama "mejorar la condición ambiental". A pesar de ello, la movilización ha cobrado fuerza, superando las trabas planteadas desde la propia dirección del gremio. Prensa Obrera, dialogando con los trabajadores en la manifestación, recogió un unánime reclamo de profundizar la lucha tomando medidas de fuerza escalonadas, como quites de colaboración y paros progresivos, hasta lograr la recuperación de la jornada de 6 horas y el conjunto de los reclamos centrados en la insalubridad, la estabilidad laboral y el aumento salarial.


Sergio Szulman