miércoles, 9 de diciembre de 2015

POR UN BONO DE FIN DE AÑO DE $ 10.000




Aún antes de que el gobierno nuevo asuma y se consume la devaluación largamente prometida, asistimos a un crecimiento de los precios que duplica el promedio mensual de 2015. Si se proyectase noviembre en términos anuales, la inflación estaría por encima del 40% anual.

La promesa de campaña realizada por los economistas de Macri, referida a que la devaluación no iba a generar una mayor inflación, ha sido desmentida con la velocidad de un rayo. No debiera sorprender que sea en la canasta alimentaria donde los precios han crecido con mayor intensidad. El pan, la carne, la leche, entre otros, han aumentado por encima del 20% en un solo mes. La razón de fondo es que, al anuncio de la devaluación que se piensa ejecutar luego del 10 de diciembre, se le debe sumar la eliminación de las retenciones a la exportación del trigo, el maíz y la carne, y la reducción de la que se aplica a la soja. La reducción de las retenciones no tiene sólo un efecto fiscal - el Estado deja de recaudar impuestos - también tiene un impacto en los bolsillos de los consumidores, porque regulan el precio interno de esos alimentos. Este aumento de los precios del trigo y el maíz ya se está expandiendo en toda la cadena de valores.

El debate sobre si la culpa es del gobierno que se va o del que llega es ociosa. El capital (de todos los colores) pugna por descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores e incrementar su tasa de ganancia.

Los trabajadores del subte traemos de arrastre un 8 a 10% de pérdida de poder adquisitivo en el último año. Ahora, enfrentamos este shock de carestía que vino para quedarse. Por lo tanto es imprescindible, en defensa de nuestro salario reclamar ya una compensación por los meses que faltan para la paritaria.

La posición de esperar hasta ver como actúa el nuevo gobierno es por lo menos ingenua; Triaca, nuevo ministro de trabajo, no esperó nada, dijo que las paritarias deben “mirar hacia el futuro”, lo que significa que no deben tener en cuenta el valor salarial perdido. También planteó tomar en cuenta productividad; eso es, mayor trabajo con igual o menos personal ¿No está claro lo que se viene?

El bono se necesita ya, para compensar, en parte, lo perdido. Luego, según inflación reclamaremos paritarias con ajuste por costo de vida. Asambleas como la de taller Rancagua han votado a favor de un bono de $9000, que cubra esa brecha. Desde la Agrupación Naranja planteamos extender a todo el subte este reclamo, elevar ya la demanda y formular un plan de acción para lograrlo.

AGRUPACIÓN NARANJA DEL SUBTE

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola me parece bárbaro que se pelee por el poder adquisitivo de los trabajadores FUERZA !!!!

Unknown dijo...

Hola me parece bárbaro que se pelee por el poder adquisitivo de los trabajadores FUERZA !!!!