HAY QUE PARARLE LA MANO A MACRI
La situación del subte se agrava día a día, tanto para los pasajeros que sufren la mala calidad del servicio como para los trabajadores. Con más trabajo y pérdida de conquistas, se pretende que éstos rescaten las graves falencias estructurales y operativas del subte.
Con la suspensión de la medida cautelar que impedía aumentar el pasaje, se ha puesto en marcha un tarifazo del 40% -de 2,50 actual a 3,50 pesos. Esto, sin que se haya dado a conocer la estructura de costos, y mucho menos una auditoría independiente de trabajadores y usuarios. Las recientes denuncias del sindicato AGTSyP sobre las condiciones de seguridad de las formaciones son graves: coches Siemens del año 1934 son incorporados a la Línea A con fallas en la suspensión. Lo mismo con los coches CAF incorporados a la Línea B, con fallas en el sistema de alarmas y puertas, derivados del rescate de este material que en España estaba arrumbado como chatarra. Este servicio en ruinas no justifica ningún aumento.
Fuera de estas gravísimas falencias, el macrismo, urgido para inaugurar estaciones, presiona para mantener la frecuencia del tráfico sin el personal y la cantidad de formaciones necesarios. Exige más vueltas a los mismos conductores y guardas, afectando el tiempo de los descansos. La resistencia de los trabajadores a conducir fatigados es sancionada con suspensiones, lo que empujó al paro en la Línea A durante el pasado fin de semana.
Como se ve, estamos en presencia de un conflicto de fondo. El gobierno PRO está tirando de la cuerda más allá de los límites. Para desligarse de sus responsabilidades, monta una campaña sistemática culpando a los trabajadores y a su sindicato de las irregularidades del servicio. Ha llegado al punto de provocar escenas de agresión física de pasajeros a trabajadores, convenientemente acicateadas por agitadores pagos del macrismo en las estaciones. Es un cuadro que requiere una respuesta gremial de conjunto: los problemas de tráfico o de los talleres de mantenimiento abarcan al conjunto del servicio, trabajadores y pasajeros.
La Agrupación Trabajadores de Metrovías ha propuesto, por medio de sus delegados, organizar un plan de lucha de medidas escalonadas, hasta que el gobierno se avenga a reunirse con la AGTSyP en una paritaria que trate cuestiones básicas: el nombramiento del personal necesario, el mantenimiento y las condiciones de seguridad con las inversiones que correspondan, frenar la flexibilización y los atropellos al personal. En lugar de dar esta batalla, la directiva de la AGTSyP, que responde al gobierno kirchnerista, mantiene una política distraccionista. Ha propuesto convocar una “multisectorial” para realizar tareas de propaganda con estudiantes y organizaciones sociales y evitar los paros, con el argumento de eludir los roces con los usuarios. Pero esas medidas de difusión serán inconducentes si no se apoyan en un plan de acción y movilización de los trabajadores.
El macrismo pretende ofrendarle al gran capital un golpe decisivo a la vanguardia de lucha de los “metrodelegados”. Los delegados clasistas y el mejor activismo tienen que tomar la iniciativa para pararle la mano a Macri.
Extraído de Prensa Obrera Nº1292
Sergio Villamil