miércoles, 3 de octubre de 2007

“EL DIÁLOGO”

Ha comenzado el “diálogo” con el Ministerio de Trabajo propiciado por el “defensor del pueblo” Mondino. Sobre esa base se levantó, horas antes de su inicio, el último paro del Subte. Nuestra caracterización ya la volcamos en el número anterior de Prensa Obrera: “El diálogo” es un intento del gobierno de desarmar un conflicto cuya magnitud nadie puede predecir, en vísperas de las elecciones de octubre. El gobierno pretende implementar en el Subte un calco de la política impulsada en el Indec: primero que se levante la huelga y luego la conformación de una “comisión”.

De la primera reunión salió la propuesta de formar dos comisiones, una para revisar los problemas de mantenimiento y otra para abordar las sanciones y cuestiones gremiales. La segunda reunión, anunciada para el lunes, fue levantada sin aviso, lo que presume que las discusiones van a ser llevadas por el gobierno “sin ningún apuro”.

Los graves problemas de mantenimiento continúan. La empresa juega al “no conflicto”, ya no pone el audio aduciendo problemas gremiales y ni siquiera anuncia las demoras que inevitablemente se siguen produciendo por el deficitario y riesgoso estado de mantenimiento de las formaciones y la infraestructura que los trabajadores vienen denunciando.

Aún siguen intactas las más de treinta suspensiones (algunas de hasta 15 días), el despido de Segovia, el desguace del Taller Constitución, con el agregado de garitas de seguridad cada seis metros y la instalación de cámaras que enfocan los lugares de trabajo, instaladas en este taller, en el de Canning y en la cochera de Congreso de Tucumán. Aún no se ha logrado nada firmado, un detalle de suma importancia para todos los trabajadores.

Para la UTA no hay diálogo

La ofensiva de la burocracia de la UTA contra los trabajadores y su Cuerpo de Delegados sigue firme. La patota continúa recorriendo las líneas, y para no dejar dudas han sacado un nuevo volante, enviado por cable a las agencias de noticias, en el que nuevamente denuncia “la intencionalidad política de los reclamos del Cuerpo de Delegados”, en el que justifican las sanciones contra los compañeros de base endilgando la responsabilidad al Cuerpo de Delegados y justificando también el desafuero de Segovia. Una vez más, para variar, reclama una actitud “orgánica” que el Cuerpo de Delegados se discipline a una dirección sindical que le ha dado la espalda sistemáticamente a todas las luchas, victorias y reclamos que los trabajadores del Subte vienen enarbolando y obteniendo en los últimos años.

La dirección de la UTA embarra la cancha. En el comunicado desconocen que se haya formado comisión alguna y auguran que no habrá nueva reunión en el Ministerio el lunes tal como anunciara Mondino en la conferencia de prensa. La UTA hace de “policía malo” en este diálogo donde el Ministerio de Trabajo cumple instrucciones precisas de Kirchner: “aguantar hasta el 28”.

Rodearnos de la solidaridad y prepararnos para pelear

El ataque al Cuerpo de Delegados del Subte es un ataque a sus conquistas, a las seis horas, a la estabilidad laboral, al salario obtenido con la lucha y a los avances contra el tercerismo, pero por sobre todas las cosas es un ataque contra todas las comisiones internas independientes del gobierno y la burocracia, que son el principal escollo para atacar a la clase obrera, sus salarios y sus conquistas.

Los trabajadores del Subte deben prepararse para un conflicto duro; cualquier modalidad de paro no podrá evitar la hipótesis de que la empresa responda y tengamos que enfrentar finalmente un conflicto en regla y una intentona represiva de la dirección de la UTA y el gobierno. Debemos aprovechar este tiempo para prepararnos sin ilusiones de ningún tipo con esta “mediación”. Los asambleístas de Gualeguaychú están viviendo en carne propia las mediaciones del gobierno con Botnia.

Tenemos que discutir cómo garantizaremos el paro, cómo prepararemos los piquetes y cómo responderemos con más lucha, con la solidaridad y la movilización, a cualquier intentona represiva.

Tenemos que enfrentar desde ahora a la patota de la UTA repudiándola de conjunto, y a cada miembro en cada sector; no son trabajadores sino rompehuelgas, han recibido pago de horas extras por recorrer los sectores con la UTA; por lo tanto, que sus casilleros los tengan junto con la gerencia, que no tengan cabida en las asambleas, que sientan el repudio generalizado de todos los compañeros, repudio que existe pero que debe ser organizado por el Cuerpo de Delegados como una tarea clave de cualquier preparación para la huelga.

Llamamos a convocar asambleas en todos los sectores para discutir cómo preparar el paro y cómo enfrentaremos la represión. Llamamos a organizar la solidaridad de todos los trabajadores para librar esta batalla en defensa del Cuerpo de Delegados del Subte, que es una causa de toda la clase obrera.

Pablo Melta

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