La construcción del nuevo sindicato del Subte ha desencadenado un gran proceso político de participación de activistas con eje en la elección del Cuerpo de Delegados. Pero muerta la UTA, ha surgido una prematura tendencia a la regimentación de la nueva organización sindical.
Una comisión de delegados y activistas preparó durante semanas la elección basada en los sectores y en la ampliación del cuerpo de delegados a 85 miembros. Pero no habrá, estrictamente, ni una cosa ni la otra. Por razones legalistas sin sustento, los delegados "titulares" apenas superarán el número de la UTA y la elección será por listas únicas en cada línea. La designación de esas listas no tiene un método claro establecido, "cada línea define cómo hacerlo", lo cual habilita el dedo de los "referentes". Luego, el obrero en la urna sólo puede votar la lista única. La única excepción sería la línea B, donde sus viejos delegados - tanto de tráfico como del taller Rancagua y de la tercerizada CAF- , han decidido votar por urna a los representantes de cada sector.
Algunos de los "referentes" han decidido que por razones "políticas" no aceptan la integración de varios talleres de la "C" y "A" a sus respectivas líneas, algo violatorio de la tradición histórica de elecciones en el Subte. No hay para ello argumento alguno; al contrario, esos talleres son claves a la hora de las medidas de lucha porque los trabajos a reglamento se asientan en su participación. Se trata de una posición anticlasista, expresada en un lenguaje discriminatorio, de un grupo que irresponsablemente expulsa a una fracción obrera entera en el afán de asegurar su supremacía política. Digamos además que semejante expulsión le sirve los talleres en bandeja a la UTA, que pelea ferozmente por ellos.
Las listas de líneas serían sábanas políticamente alineadas no en base a la victoria legítima de sus representantes en cada sector, sino en base a una discriminación de quienes no acuerdan con ellas.
Ahora bien, esa tendencia política no está explicitada para ser votada como tal por los trabajadores. Las listas sindicales completas -cuando las hay- tienen ese carácter: representar una línea política frente a la cual se pueden presentar otras listas, con otras tendencias sindicales o políticas definidamente explicitadas.
Hechos consumados
Se acaba de imprimir, presumiblemente con los fondos aportados por los trabajadores, un estatuto que nadie votó y que no supera el número de delegados de la ley de asociaciones. Tampoco supera el número del convenio de la UTA que no tiene precisamente el apoyo del trabajador del subte.
El estatuto y la junta promotora fueron inscriptos en forma sigilosa sin decisión de una asamblea general del subte, tampoco del viejo Cuerpo de Delegados. Se trata del método político de los hechos consumados ajeno a la democracia sindical.
Quienes sostuvieron en el pasado la política de "cavar trincheras con la burocracia" aceptando una secretaría en la UTA, hoy operan con la misma política en el nuevo escenario.
Nosotros defendemos la irrupción masiva de la base explicitada en el plebiscito y en la huelga contra la patota, defendemos la construcción de un sindicato de lucha como continuidad de la lucha clasista de las seis horas, de las tercerizadas que hoy mismo hay que seguir incluyendo y no excluyendo, del salario por el que hoy hay que volver a pelear.
Está en debate si construimos un sindicato clasista en las mejores tradiciones del Sitrac-Sitram, del Smata cordobés o la UOM de Villa Constitución de los setenta, es decir un sindicato basado en la soberanía de la asamblea general y en la independencia política de los trabajadores de la patronal y del Estado capitalista. Un aparato administrativo basado en las "secretarías" y la recolección de fondos -tareas que desvelan al grupo mencionado-, no será eficaz para quebrar los negociados salariales de la UTA que acaba de enchufarle $250 en negro a los choferes de colectivos postergando las paritarias hasta agosto. Para ello se requiere un combativo cuerpo de delegados de base.
En el método del nuevo sindicato del Subte se juega una ruta para todo el movimiento obrero. El subte tiene que marcar el ejemplo a las nuevas camadas juveniles de activistas, a las fábricas en lucha y a los cuerpos de delegados que se rebelan contra la burocracia. Que las listas de línea se resuelvan por el voto o en asamblea, por el reconocimiento de todos los delegados, por la unidad del los talleres y las líneas, por el voto obrero de quiénes serán titulares o suplentes, por la asamblea general para decidir los nuevos estatutos y la junta promotora del nuevo sindicato.
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