viernes, 31 de agosto de 2012

La voz de los huelguistas


“El primer paso es el reconocimiento de nuestra personería”

Luego de la huelga de los diez días, la crisis del subte no se ha cerrado. La reunión tripartita, del gobierno porteño y el bonaerense con Randazzo para resolver sobre el transporte metropolitano, quedó empantanada por el diferendo sobre el subte de kichneristas y macristas. Lo que se habría liberado son los fondos depositados por Nación, a efectos de evitar un nuevo conflicto por el pago de sueldos. No hay certezas sobre la paritaria y el aumento salarial para los trabajadores. Es hora de hablar con los protagonistas de la lucha. Entrevistamos a Charly Pérez, delegado histórico del Taller Rancagua, y a Christian Paletti, delgado del Taller San José de la Linea C.
Charly Perez

-¿Cuáles fueron los elementos más destacados de la huelga?

Christian: En principio, destacar los diez días de huelga por parte de los trabajadores, poniendo el cuerpo en un plan de lucha por nuestras paritarias (28% de aumento, licencias y reivindicaciones de sectores). Luego, la pelea entre los dos gobiernos para ver quién carga con el peso de los ajustes: aumento de tarifas, ataques a las condiciones laborales, paritarias a la baja. Ninguno quiere hacerse cargo de quince años de vaciamiento.

Finalmente, fue de mucho peso el papel de la comisión directiva de la AGTSyP, que se sumó a la campaña de los K, con el slogan “Macri, hacete cargo”. Así, la lucha paritaria quedó subordinada al reclamo por el traspaso del subte a manos de ese derechista privatizador. Con esa línea, la huelga empezó a entrar en un callejón sin salida.

Charly: El primer plan de lucha en mayo había desembocado en la resolución de un paro por 36 horas. Pero la directiva adhirió a la suspensión hasta agosto, acordada por la UTA, Metrovías y gobierno, por una suma fija a cuenta. Esto provocó un rechazo de la base, que quería una paritaria y no compromisos precarios, y estaba dispuesta a profundizar la medida. Fue una salida a favor del gobierno que trataba de evitar un paro general del subte en medio de la crisis económica y de su pelea con el macrismo.

-¿Cuál fue el resultado de la huelga?

Christian: La situación fue muy frustrante, el paro se volvió monótono y estático. Ni Macri tomaba el subte ni el gobierno nacional intervenía y la huelga no se levantaba porque no había resultados. Entonces apareció un acta precaria, un acuerdo no paritario con Metrovías y la Ciudad, resignando el tema salarial y centrado en licencias y categorías.
Christian Paletti

Ya desde marzo, cuando venció nuestra paritaria, veíamos una conducción predispuesta a la derrota, esquivando la lucha salarial y sin movilizar al gremio. Luego en mayo, aceptó una postergación de la tratativa, levantando un plan de paros que veníamos sosteniendo y otorgándoles tiempo a todos los actores del poder (Estado, patronal Metrovías), llevándonos a una situación mucho más compleja y que es lo que está pasando ahora.

Charly: El alineamiento con los K no ha dejado nada. Sólo el haber sido utilizados en una lucha entre patrones, con vistas a las elecciones de 2015. Se debería haber mantenido la lucha por la paritaria. El terreno del desgaste fue preparado incluso con las propuestas de Lubertino y la jueza Vergara. Fueron maniobras kirchneristas para salir por la tangente, evitarle al gobierno nacional hacerse cargo y sólo mantener una presión sobre Macri. El gobierno no le tiró ni un hueso a la conducción del gremio, a pesar de que fueron a la Rosada en medio de la huelga. El gobierno jugó al desgaste.

-Ustedes, ¿qué proponían?

Christian: Los activistas de ATM (Agrupación Trabajadores de Metrovías) proponíamos sacar la lucha a la calle, como por ejemplo acompañar el paro, a los días de haberse iniciado, con una gran marcha popular con diferentes sectores hacia ambos gobiernos, ya que ellos son los responsables directos que tienen que dar la salida a esta situación.

Lo que faltó fue una dirección con convicción de llevar a los trabajadores a la victoria en la lucha por el salario, en medio de una inflación aproximada del 30%.

-La base votó la suspensión de la medida…

Christian: Sí, la mayoría. Los compañeros estaban insatisfechos, pero no veían la salida, era una encerrona. Además, se dejó correr una división entre los que recibieron un aumento de categoría y los que no, en lugar de defender la unidad alrededor del programa votado por la base.

Charly: Los compañeros estuvieron con una moral alta, serena y decidida. Hay gran reserva de lucha en los trabajadores. La patronal y ambos gobiernos jugaron al desgaste y la desmoralización de los trabajadores, para sacarnos del escenario político, cuando se está cayendo el sistema de las tercerizaciones y los subsidios. No debemos ser carne de cañón de esos intereses.

-¿Una reflexión final?

Christian: Hay que ser independientes del Estado y de los dos gobiernos, para seguir organizando y luchando por nuestras paritarias. Asambleas en todos los sectores, ya que el trabajador de subte tiene la convicción de luchar por sus derechos e intereses, y que hoy es el 28%, las licencias y las mejores condiciones laborales.

Charly: En lugar de jugar en la pelea patronal, los trabajadores tenemos que luchar por el control de los trabajadores, con poder de veto sobre el destino de los fondos y el funcionamiento del subte. Y el primer paso fundamental es el pleno reconocimiento y la personería gremial, que no es más que aceptar lo evidente: que la AGTSyP es la organización que los trabajadores del subte reconocen como su sindicato.

La crisis continúa


Conferencia de prensa de AGTSyP
Ante el temor de una nueva huelga del subte, se reunió, finalmente, la Agencia de Transporte Metropolitano, integrada por la Nación, por la Ciudad y por la provincia de Buenos Aires. El kirchnerismo y el macrismo arribaron a un acuerdo precario por el cual se liberan los 124 millones de pesos que la Nación había depositado en una cuenta especial desde enero. La medida fue precipitada por una jueza que ordenó a la Ciudad el uso de esos fondos -ante la resistencia de ésta a hacerlo-, por considerar que era una maniobra de la Nación para obligarla a hacerse cargo del subte.

Se acordó que esos 124 millones serán usados por Metrovías para gastos operativos y de mantenimiento; entre ellos el pago de los salarios hasta diciembre, que incluiría, se supone, el aumento del 23% firmado por la UTA. Con esos fondos, también, Metrovías repondría las formaciones que había sacado de circulación por falta de mantenimiento. De esta forma, los dos gobiernos y la empresa pretenden patear para adelante la crisis y postergar una nueva medida de fuerza de los trabajadores.

La efectivización del cuestionado pago de los sueldos ha dado lugar a fuertes maniobras. Ocurre que al final de la huelga de diez días, los sindicatos habían firmado actas distintas. La AGTSyP había pactado una suma fija, para cubrir el pago de los días de huelga. En cambio, la UTA, que saboteó el paro, firmó un 23% de aumento, aclarando que su cobro efectivo estaría subordinado a que aparezca el financiamiento -que es lo que acaba de suceder. Pero como la paritaria estaba vencida desde marzo, corresponde un cobro retroactivo, que no aparece; porque la paritaria como tal quedó una vez más postergada para fin de año. Un trascendido -muy irritante y que puede abrir un conflicto- dice que Metrovías no descontaría los días a los trabajadores afiliados a la UTA, que terminarían cobrando el mes completo además de los 2.000 a 3.000 pesos de suma fija. De ese modo, se crearía la situación absurda de que quienes consiguieron con la huelga el aumento, cobrarían menos que los carneros. A esto se le suma que Metrovías estaría ya incumpliendo el acuerdo referido a las vacaciones. Es indudable que de parte de ambos gobiernos y de la empresa existe la clara intención de salir al rescate de la UTA, que salió golpeada de la huelga anterior.

El acuerdo precario tiene como plazo de vencimiento en diciembre. Es que el acta firmada por la UTA vence ese mes y deberá rediscutirse la cuestión salarial. Pero, además, se acabarían por completo los subsidios de la Nación. A esto hay que agregarle que la cuestión de fondo, referida a la transferencia del servicio a la Ciudad, sigue sin resolverse. Macri sigue insistiendo que no se hará cargo del subte si el gobierno nacional no hace las inversiones comprometidas; pero éste afirma que la transferencia ya ha sido realizada. Es posible que el tema lo termine resolviendo la Justicia.

La dirección kirchnerista de la AGTSyP participa en esta crisis como apéndice del gobierno nacional. Ha decidido hacer suyo el reclamo de que “Macri se haga cargo” sin aportar ni una sola prueba de por qué sería conveniente para los trabajadores y para usuarios que eso ocurra. No plantea el reclamo de la inmediata personería gremial para el sindicato, siendo que la huelga de diez días dejó claro quién representa a los trabajadores del subte. Y esto con el único propósito de evitar un choque con el kirchnerismo, que tiene su propia alianza con la UTA. De seguir así las cosas, llegará fin de año sin que el sindicato tenga su personería y sin que los trabajadores tengan su paritaria.

Los términos de la pelea entre el kirchnerismo y el macrismo se reducen a quién paga el costo político de aplicar tarifazos a los usuarios y ajustes salariales a los trabajadores. Se trata de una disputa ajena a los trabajadores del subte. Es necesario un cambio de rumbo, sacar un balance de la última huelga y votar un plan de lucha por la personería para el sindicato y por la firma de una paritaria que permita, como mínimo, recuperar lo perdido por la inflación en estos últimos años.

G.S.

viernes, 24 de agosto de 2012

Que se discuta un balance de la huelga


Por el otorgamiento inmediato de la personería gremial y la reconvocatoria a paritaria

¿Qué nos dejó la huelga de diez días del subte?. Se salió al paro por 28% de aumento al básico, 2% por año de antigüedad, aumento de licencias y viáticos y categorías para boleteros, limpieza e instalaciones fijas. Se levantó la huelga con un acta firmada entre la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) y la empresa en la sede de la subsecretaría de Trabajo de la Ciudad. El acuerdo establece dichas categorías y una ampliación en algunas licencias, como días por nacimiento, por adopción, un día más por cada semana de vacaciones y una ampliación en el pago por enfermedad una vez vencido el plazo normal de cobertura. Todo esto en un acta “ultra precaria”, como la caracterizan los propios firmantes del sindicato, que no está homologada. Los funcionarios macristas plantean que corresponde que lo haga el ministerio nacional y se desconoce si el pago de los días caídos está en firme o depende de fondos que Metrovías debe gestionar.

Aunque la conducción presente las licencias como importantes conquistas y que signifique un avance real para los que asciendan de categoría, es innegable que hemos salido sin aumento de salario, sin paritaria y sin fecha para reunirla. La dirección del sindicato, que proclama su kirchnerismo por todos los medios, no logró lo elemental: que el gobierno kirchnerista nos reconozca como sindicato para negociar paritarias, esto como concesión a la burocracia de la UTA y de la CGT Balcarce. Sin capacidad para firmar convenio, estamos en un callejón sin salida; no se entiende el beneficio que saca la dirección kirchnerista de su kirchnerismo. El gobierno kirchnerista balconeó nuestra lucha sin apoyar a la dirección kirchnerista, y hasta se dio el lujo de mojarnos la oreja al recibir a la CTA kirchnerista de Yasky, que estaba acompañada por dirigentes kirchneristas del sindicato del subte, sin mencionar la huelga del subte que se desarrollaba delante de sus ojos en medio de una conmoción social por falta de transporte. La dirección sindical del subte orientó la huelga contra Macri, cuando la facultad de dar la personería es del gobierno kirchnerista nacional.

Si el subte pasara a la Ciudad, tendríamos de patrón a Macri y a Roggio, pero el derecho al convenio colectivo depende de la señora Kirchner, que teje alianzas con Gerardo -Batallón 601- Martínez, pero no con los reclamos de los trabajadores del subte. Desde el comienzo del período paritario en mayo, la dirección sindical fijó como objetivo propio, y así lo declaró, la obtención de licencias y no el salario, que siempre consideró como un tema que discute la UTA. Pero este no era el mandato de las asambleas y delegados que fijaron el reclamo central del 28%, que de acuerdo a la ley, homologa el ministerio de Trabajo K. Así y todo, tampoco obtuvimos el doble franco, o los días pagos para trámites. Pero fuera de ello, la base no tenía las mismas prioridades que la dirección. Una primera propuesta, cuatro días antes del levantamiento de la huelga, se rechazó masivamente en las asambleas de líneas, por su carácter precario, transitorio y por fuera de la paritaria. Primaba la sensación de que el subte quedaba marginado del proceso nacional de firmas de convenios y aumentos salariales – una ‘sensación’ acorde con la realidad.

La directiva de AGTSyP entró a la huelga con un paro de fin de semana, luego del anuncio de un paro de la UTA que nunca se produjo. Se centró en el reclamo de unas licencias, resistiéndose a pelear en serio por el salario y la paritaria, que dejó en manos de la UTA, que tampoco encaró esa negociación, porque subordina el reclamo a que primero arreglen Ciudad y Nación el traspaso. Y luego, cuando los bloqueos provocados por la patronal, el gobierno nacional y el de la Ciudad empantanaron toda negociación, colocaron la lucha en la línea kirchnerista de desgastar al gobierno de Macri, no en lo más conveniente para los trabajadores. Macri se ‘desgastó’, pero los trabajadores no sacaron nada, ni un premio consuelo, esto porque los K no quieren dar la personería al sindicato del subte. ‘Macri hacete cargo’ no es un reclamo útil, porque la personería y la homologación de los convenios de trabajo dependen de Tomada y CFK. Este último aspecto es fundamental, incluso cuando el conflicto dejó en claro que la representación genuina de los trabajadores del subte es la AGTSyP. Pero Tomada y Randazzo juegan en el equipo de Fernandez de la UTA, uno de los animadores de la organización de una CGT Balcarce.

Muy aleccionador también el papel del moyanismo, que ni se dió por enterado de que había una huelga. Las visitas de Facundo a dirigentes de la AGTSyP apuntan a la trenza, no a la lucha. O la CTA de Yasky , el supuesto “paraguas protector” del sindicato del subte, que no movió un dedo por la huelga, que no le mereció ni un comunicado de apoyo y que promovió que en medio del paro visitaran la Rosada para llevar a Cristina su apoyo a la re – re.El cargo a la conducción del subte es haber entrado a una huelga con una política kirchnerista, no con una política obrera o sindical. Por eso tampoco sacó la huelga a la calle, ni reclamó un paro a Moyano, Yasky, Micheli y ¿por qué no? a los burócratas de Balcarce. La directiva se opuso terminantemente a la propuesta de llamar a obreros y usuarios a una marcha a la jefatura porteña y a Plaza de Mayo.

La dirección del sindicato impulsa ahora una presentación en la OIT contra Macri, que es puro palabrerío, pero no contra Tomada, cuando éste tiene el resorte del otorgamiento de la personería. Y postergan el pedido de la personería, amparados en solicitar una compulsa con la UTA sin fecha, para ver quien tiene más afiliados.

La UTA, perteneciente a la CGT “Balcarce”, ha salido debilitada, hay desafiliación en sus filas. Quedó marginada de la huelga más grande de la historia del subte. Podemos asestarle un golpe definitivo, incluso con una afiliación masiva. Pero el propósito de este golpe final debe ser claro: la personería y el derecho a la paritaria.

La vía del apoyo al Estado patrón es una vía de derrota. Que las tareas pendientes y el futuro de la AGTSyP dependen por entero de su independencia política. Debatamos este balance en todas las líneas, y como conclusión un emplazamiento al gobierno nacional para concretar la paritaria que no tenemos.

S.V.

viernes, 17 de agosto de 2012

Un desenlace precario, una conclusión política


La gran huelga del subte

La gran huelga de diez días se levantó con un acuerdo provisorio, que incluye un aumento de días de licencias por vacaciones y por razones particulares, junto a una categoría más para boleteros y trabajadores de limpieza. Pero el trascendido de que contempla un aumento de 23% en los sueldos es falso. Corresponde a una maniobra de la UTA, una de las tantas que abundaron para bombardear la huelga. Esa treta consistió en mostrar un acta donde dicho aumento quedaría condicionado a la obtención de recursos que la patronal hoy niega tener. El compromiso efectivamente firmado sólo contempla pagar una suma por única vez, como compensación de días caídos. Pero incluso en este punto, también se encuentra condicionado: para cumplirlo, Metrovías “requerirá los fondos que sean necesarios para ese fin”. En pocas palabras, ni aumento salarial, ni paritaria, -las dos cuestiones que motivaron, una semana atrás, el masivo rechazo por la base de una propuesta similar. Además, es de una precariedad que hace dudar del cumplimiento de estos puntos.

El kirchnerismo y la huelga

La explicación de tan frustrante resultado reside en el trabajo tenaz de aislamiento y liquidación de la huelga por parte de los gobiernos de Cristina Kirchner y Macri, al extremo que los trabajadores no veían salida a un esfuerzo tan prolongado. Debe destacarse, en primer lugar, el papel del gobierno nacional, el que -autoproclamándose popular- le dio la espalda a los trabajadores en todos los sentidos. El ministerio de Tomada, que históricamente fue el ámbito de todas las negociaciones del subte, le cerró las puertas a la AGTSyP, convirtiéndolo en el único gremio sin discusión convencional en el país. Además, persistió en el desconocimiento de la personería gremial a un sindicato que probó ser el único con autoridad sobre los trabajadores del subte. Obsérvese que, por primera vez, la UTA tuvo que pasar a firmar el acta que la AGTSyP había acordado previamente, reconociendo públicamente que sólo ésta podía levantar el paro.

El estado mayor kirchnerista azuzaba a la directiva del sindicato del subte contra Macri, negándole al mismo tiempo cualquier ámbito para llevar adelante la negociación colectiva que podía darle salida a la huelga. Esta estrategia perversa no tuvo otro propósito que desarrollar una (falsa) polarización política con la derecha (Macri), por un lado, y de llevar a un desgaste la lucha del sindicato del subte y golpear a su organización independiente, por el otro. Mal que le pese a la filiación kirchnerista de los principales dirigentes de la AGTSyP, no hay que olvidar, ni por un momento, que la UTA de Fernández es un puntal de la ‘CGT Balcarce’, la central obrera que el gobierno pretende convertir en su sucursal directa.

El kirchnerismo justificó su ninguneo con el argumento de su “no incumbencia” en el subte, a partir del traspaso que Macri aceptó en enero pasado. Pero, en verdad, los que decían no poder “sentarse” a negociar -los K y Macri- lo vinieron haciendo sin problemas durante todo el período anterior al estallido de la huelga. Los diarios han relatado, en estos días, que a fines de julio se encontraba cerrado un acuerdo entre los dos gobiernos por el traspaso, con un paquete de inversiones, endeudamiento y, naturalmente, la “cuestión tarifaria”. Sin embargo, CFK lo habría congelado, con la exigencia de “que Macri primero solucione la huelga” (Clarín, 12/8)-”la huelga”, no las aspiraciones obreras. El kirchnerismo, en suma, le exigió al jefe del PRO que hiciera el trabajo sucio contra los trabajadores. Con toda seguridad, pasado el conflicto, los K y Macri volverán a sentarse, para intentar una ‘salida’ a costa del salario de los trabajadores, por un lado, y de los usuarios, por el otro.

Esta tarea de aislamiento de la lucha fue completada por las centrales sindicales, que ni se asomaron a la huelga más importante del último período. La CTA de Yasky, que se atribuye un falsificado padrinazgo sobre el subte, no sacó ni un comunicado. Moyano, que mostró colmillos opositores en Plaza de Mayo, se va al mazo cuando la lucha obrera llega más allá de las bravatas en los medios o las chicanas judiciales. Una movilización callejera de sindicatos y organizaciones populares, que hubieran golpeado las puertas de ambos gobiernos, habría destrabado en un par de días el obsesivo “gran bonete” con que fatigaron, tanto los macristas como los kirchneristas, a toda la población.

Macri, por su lado, recogió el guante del kirchnerismo y salió al ruedo de la polémica sobre la política de subsidios y el derrumbe de los trasportes bajo el gobierno K. Lo hizo con toda la hipocresía de los que compartieron dicha política, mientras sirvió para rebajar los costos capitalistas con recursos del Estado. Pero con más energía aún, el macrismo intentó demostrar que está dispuesto a imponer el orden y quebrar huelgas. Para ello, copió el libreto que los K ya habían usado contra las huelgas de camioneros y aeronáuticos: aplicar multas al sindicato y amenazar con la quita de la personería.

La conducción de la AGTSyP no supo desmarcarse de esta polarización y adoptar un curso independiente. Su alineamiento kirchnerista los condicionó para no desarrollar un emplazamiento a los poderes públicos, que garantizara la firma de una paritaria. La perfidia K los empujó a fondo en la campaña “Macri hacete cargo” y les soltó la mano cuando la carrera con el macrismo se acercó al precipicio. No se sabe qué le dijeron a Pianelli en la reunión de trasnoche con la cúpula del gobierno en la Rosada, pero todo hace pensar en algo así como: “Hasta aquí llegamos, levantá la huelga como sea”.
 
En la mañana de su levantamiento, la viceministra Rial fue con los tapones de punta contra la huelga. La propuesta de convocar a una movilización popular que reclamara a ambos gobiernos la convocatoria a la paritaria- que los compañeros de ATM plantearon y que empezó a difundirse en los túneles- fue fuertemente resistida por la conducción del sindicato, porque “no querían otro enemigo aparte de Macri”. No vieron -ni quisieron ver- que, al ningunear la paritaria, el otro gobierno hacía rato que estaba sentado en la vereda de enfrente de la huelga. Los diarios abundan en encuestas que demostrarían que la imagen de Cristina caía con la de Mauricio. En esas condiciones, los K forzaron el levantamiento de la huelga, a sabiendas de que quedaban en el camino reivindicaciones cruciales.

Las perspectivas

Es cierto que el precario compromiso firmado fue precedido por consultas a la base en las líneas, en algunos casos con la forma de asambleas. Pero en el clima creado por diez largas jornadas bajo tierra y el bloqueo político de toda salida por parte de las corrientes hegemónicas, la mayoría aceptó el fin de la huelga. La asamblea conjunta de la línea B y el taller Rancagua votó en contra del levantamiento y por mantener el pliego de partida: 28% de aumento, 2% por año de antigüedad y aumento en viáticos y licencias. Los compañeros volvieron al trabajo, pero la herida quedó abierta. La paritaria y el aumento salarial quedaron pendientes. El financiamiento y el traspaso del subte, no resueltos, le dan a este desenlace una gran inestabilidad. La completa incertidumbre en relación a la cuestión del salario deja abierta una intensa deliberación en los túneles.

Conclusiones

La huelga del subte ha concentrado todos los elementos de la crisis política, y toda la clase obrera debe sacar sus conclusiones. La “controversia del traspaso” es sólo la envoltura de otra crisis: la del régimen de subsidios y rescate de los privatizadores, que los gobiernos capitalistas pretenden remontar a costa de tarifazos y del salario de los trabajadores de los servicios públicos. En esta línea, el movimiento obrero del subte -que arrancó en la última década conquistas fundamentales- es un objetivo estratégico. Los K y los Macri (la oposición patronal) no difieren en estos objetivos, sólo pretenden dirimir las cargas políticas del “ajuste” en función del desenlace de esta crisis y de la lucha por la sucesión. El derrumbe del ‘modelo’ de los Roggio-Cirigliano no tolera la menor autonomía de los sindicatos: la presión del Estado sobre los sindicatos se ha redoblado, y más que eso, cuando se trata de aquellas organizaciones obreras que han emergido de luchas y de una oposición tenaz a la burocracia sindical tradicional. En el subte, la defensa de las conquistas salariales y laborales en peligro plantea, como nunca, la cuestión de su independencia política frente al gobierno y todas las variantes patronales.

S.V.

jueves, 9 de agosto de 2012

EL PARO DEL SUBTE SIGUE FIRME


Una crisis que ha dejado de ser subterránea

Asamblea de la B rechazando la propuesta anti-paritaria.
A esta altura, no caben dudas de que la parálisis del servicio del subte está determinada por la crisis política, que tiene como una de sus manifestaciones el enfrentamiento del gobierno nacional con el de la Ciudad. Los trabajadores fueron empujados forzosamente al paro al no recibir por parte de la empresa, ni de ninguno de los dos gobiernos, propuestas para firmar un acuerdo paritario. Que esta situación se mantenga sin alteraciones durante días, a sabiendas de que la parálisis del servicio del subte crea un caos urbano fenomenal, es la prueba más clara de que tanto en la trinchera kirchnerista como en la macrista están decididos a jugar con fuego.

El paro de los “metrodelegados” se extiende en el tiempo sin que reciban la propuesta de una negociación paritaria. La única en danza no reunía condiciones mínimas de seriedad: consistía en una negociación con una jueza, que supuestamente iba a habilitar el uso de los fondos depositados por el gobierno nacional en una cuenta de la Ciudad, pero a los que la empresa Metrovías no puede acceder si previamente Macri no toma posesión del subte. Con el uso de esos fondos, la jueza y la empresa proponían un aumento salarial del 23 % pero sólo hasta diciembre. Luego nadie sabe cómo seguirá, ya que a fin de año la Nación quitará por completo los subsidios al subterráneo.

La directiva kirchnerista del sindicato del subte exploró la posibilidad de hacer pasar esta propuesta informal, a pesar de que estaba muy lejos de representar un acuerdo paritario. En las líneas, los trabajadores mostraron un rechazo mayoritario. En la línea B y en el taller Rancagua la oposición fue abrumadora; en la A también ganó el rechazo y en las otras líneas las votaciones fueron muy divididas. Antes de que se termine de resolver, la propuesta de la jueza ya era papel pintado. Los hechos fueron importantes para revelar el espíritu de lucha de los trabajadores y las tendencias a la capitulación de una directiva que trabaja alineada con el gobierno nacional. Por su parte, la UTA, que no está convocando al paro, adelantó que se oponía a la propuesta elaborada por la Justicia y amenazó con convocar ella misma a un paro. La maniobra apuntó a mantener el monopolio de la firma del convenio colectivo.

Al rechazo por abajo le siguió la crisis por arriba. Ninguno de los dos gobiernos mostró interés en suscribir el acuerdo, y las negociaciones volvieron a foja cero. Sin el concurso de los gobiernos es imposible un acuerdo paritario. Y cualquier aumento, que no tenga ese carácter, es absolutamente precario y por lo tanto inaceptable. De esto son conscientes los trabajadores del subte. Luego de diciembre, se acaban los subsidios y ningún gobierno se hace responsable de cumplir acuerdo alguno.

Contra trabajadores y usuarios

En las negociaciones en curso, trascendió que el gobierno nacional podría otorgarle a la Ciudad las garantías para un préstamo del Banco Mundial. Pero ese endeudamiento no puede ser utilizado para gastos corrientes (salarios). Metrovías, que denuncia que trabaja a pérdida, requiere nuevos subsidios o mayores tarifas. Como el gobierno nacional congeló los subsidios, ante una crisis fiscal de dimensiones colosales, y la Ciudad dice que no tiene fondos, sólo queda el camino del tarifazo. Pero debería generalizarse al conjunto del transporte público, pues de otro modo produciría una caída de los pasajeros y, por consiguiente, de la recaudación. Ninguno de los dos gobiernos quiere asumir la responsabilidad de dar el primer paso contra los usuarios, aunque ambos comparten cuál es el camino que tienen que recorrer.

Los trabajadores tienen el desafío de enfrentar esta crisis dotándose de una política independiente. Los términos de las salidas de los dos gobiernos van contra los trabajadores, a quienes se les niega la negociación paritaria, y contra los usuarios, a los cuales se les quiere enchufar un tarifazo. Junto a la huelga, es necesario explicar lo que está en juego y tomar la iniciativa, convocando al conjunto de los trabajadores y usuarios a una lucha conjunta. Sería de un acierto enorme que los metrodelegados convoquen una manifestación, invitando a los usuarios, para reclamarles a los dos gobiernos una negociación paritaria que cubra sus reclamos y rechazar el tarifazo. Es el modo de abrir una salida en los términos de los intereses populares.

G.S.

martes, 7 de agosto de 2012

CONTINÚA EL PLAN DE LUCHA


Comunicado de la Agrupación Trabajadores de Metrovías

En el tercer día de paro del subte, la huelga cobra fuerza. Una serie de sectores ha dado mandato para que se mantenga el paro, incluso durante eventuales negociaciones que se abran, para evitar todo tipo de maniobras por parte de la patronal o de autoridades de gobierno.
Asamblea en línea B informando las novedades.
Se ha afirmado el reclamo del 28% de aumento al básico, en la convicción de que no se puede tolerar una rebaja salarial en sueldos con paritaria vencida hace 6 meses y en un año de 30% de inflación estimada. También se ha planteado que el pago de los días de huelga es una condición.
Declaramos que el nuevo accidente ferroviario, con 35 heridos en el Mitre, el día que Randazzo anunciaba el tarifazo, es otra lamentable prueba de que el sistema de transporte basado en subsidios a empresarios inescrupulosos ha tocado fondo, exactamente como lo vienen denunciando los trabajadores del subte. El gobierno huye para adelante, manteniendo a estas mafias en el gerenciamiento del transporte y reemplazando los subsidios por tarifazos, que golpean al conjunto de la población trabajadora. Se reafirma así el planteo obrero: hay que poner la plata para renovar el subte y para garantizar un sueldo y condiciones de trabajo dignas para sus trabajadores. La plata está, como lo demuestran los 2500 millones de dólares que se acaban de pagar a los buitres financieros. El ahora ultra K “gerenciador” Roggio, viene derivando desde hace mas de una década los subsidios estatales a sus negocios privados, mientras el subte se cae a pedazos. Que se lo investigue y se determine el destino del dinero y los costos reales del pasaje. Ningún aumento de tarifa, que pague con su patrimonio.
Si no hay respuesta a nuestros reclamos es porque kirchneristas y macristas se matan por imponer al otro la aplicación del ajuste con el que ambos coinciden. La huelga del subte es el factor decisivo para que se destrabe este juego del ‘gran bonete’, como lo fue, a su turno, la de los estatales y docentes bonaerenses. Llamamos a todos los compañeros a abrir este debate, defender la independencia política y los métodos de lucha de la clase obrera. Y a resolver todo como sabemos hacerlo, en asambleas de las bases.
¡Fuerza compañeros!


Por ATM
Christian Paletti 1562079415
David Carballo 1540297187
Carlos Taborda 1531851740
Charly Perez  1564826684
Fabian Tevez 1562630956
Ariel Rocchetti 1558429656
(Delegados AGTSyP)

sábado, 4 de agosto de 2012

VAMOS POR LO NUESTRO!!!


Comunicado de la Agrupación Trabajadores de Metrovías

Asamblea de línea B votando a favor de continuar la lucha
Desde las líneas del subte, paralizadas por la huelga de la AGTSyP, declaramos: el paro se cumple de manera total, volviendo a ratificar que la Asoc. Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro es la única organización con autoridad ganada entre la masa de los trabajadores del subte. Repudiamos el cobarde levantamiento del paro anunciado por la burocracia de la UTA, antes de comenzado, sin haber obtenido ninguno de los reclamos por los que lo convocaron y en medio del tironeo político entre la patronal y los gobiernos nacional y de la ciudad por ver quien se hace cargo de la aplicación del ajuste y el tarifazo. No se levanta un paro obrero, cuando dos gobiernos patronales y una empresa negrera, se disponen a infligir un nuevo golpe a los trabajadores; a los que trabajan en el subte y al pueblo que recibirá de lleno el aumento de transportes que prepara Randazzo. Saludamos la resolución de asambleas como la de tráfico de la línea B y los talleres Rancagua y San José, en el sentido de mantener el paro hasta que se recupere la paritaria y se obtenga el reclamo votado: 28% de aumento al básico; 2% por año de antigüedad y aumento en viáticos y licencias. También la resolución de que toda medida se resuelva exclusivamente por mandatos de las asambleas de líneas y talleres y que el pago de los días de huelga sea una condición para cualquier negociación. Posiciones estas, con las que, en general, están coincidiendo los compañeros de otras líneas y sectores.

Nos oponemos a todo aumento de tarifas, en tanto no se abran públicamente las cuentas, se conozcan los costos reales y el destino de los subsidios que la “gerenciadoras” derivaron a todo tipo de negocios propios, dejando un subte chatarra, como lo han reconocido ambos gobiernos. No es cierto que no haya fondos, los hay para pagar 2.300 millones de dólares por boden 2012 a los bancos buitres. Aparecieron cuando los estatales bonaerenses pararon contra el fraccionamiento del aguinaldo.

¡Adelante compañeros, a vencer! Fortalecer el paro y mantenerlo hasta que se cumplan los reclamos que permitan defender el valor de nuestros sueldos y las condiciones humanas de trabajo, que son la base, a su vez, de la mejora en las condiciones del servicio

Por ATM
Christian Paletti 1562079415
David Carballo 1540297187
Charly Perez  1564826684
Carlos Taborda 1531851740
Ariel Rocchetti 1558429656
Fabian Tevez 1562630956

(Delegados AGTSyP)

miércoles, 1 de agosto de 2012

ANTE EL ANUNCIO DEL PLAN DE LUCHA POR LA PARITARIA

Comunicado de la Agrupación Trabajadores de Metrovías

Asambleas en las cabeceras para decidir genuinamente
Luego de 70 días estériles de postergación de la paritaria, los trabajadores enfrentamos la situación de un paro por tiempo indeterminado. Agotados todos los plazos, no hay respuesta a nuestra demanda de 28% de aumento al básico, 2% por año de antigüedad y mejoras en viáticos y licencias. El cuerpo de delegados acordó un paro de 24 hs el viernes si el jueves no hay respuestas positivas. Asambleas como la de taller Rancagua y taller San José, ratificaron dicha resolución, con el agregado de asambleas posteriores para decidir la conducta a partir del lunes próximo. Alertamos sobre el método de la conducción de AGTSyP, que desconoció estas posiciones votadas y convocó por los medios a un paro de fin de semana. Un método ya usado en conflictos anteriores, incluyendo esta paritaria, donde se levantan o modifican por TV, medidas votadas por la base en asambleas.
La situación es compleja porque el gobierno K y el de Macri se pasan la pelota sobre quien aplica el ajuste y se hace cargo del tarifazo. Los que pregonan “que Macri se haga cargo” no dicen cual es la ventaja de que un derechista privatizador tome el subte ¿Para que aumente más el pasaje o subvencione a Roggio con más subsidios? Ambos están tomando a los trabajadores y a los usuarios como chivo expiatorio para presionar por sus intereses. Nuestro reclamo es a la patronal: Metrovías debe pagar el aumento. Si la “levantó en pala” durante 15 años y si maneja negocios millonarios con el gobierno, ¡que la ponga!
Para enfrentar esta pelea con la mejor de las posibilidades, ni Macri ni K ¡Los trabajadores! Que sean las asambleas de línea y la asamblea general soberana, las que voten las medidas y las únicas autorizadas para decidir cuándo y cómo se levantan. Si la conducción se enrola con el bando K de este conflicto, que lo explique y se subordine a la decisión democrática de la base.

El lunes 6 todos a Comodoro PY, 9 hs por JUSTICIA POR MARIANO!!!

Por ATM
Christian Paletti, Charly Perez, Carlos Taborda, Ariel Rocchetti y Fabián Tevez