lunes, 20 de abril de 2015

EL PARO DEL 31: AHORA LA PARITARIA


El paro general del pasado 31, fue un duro golpe que dio la clase trabajadora a la política del gobierno. La de confiscación de los salarios de los trabajadores, en favor de los beneficios del gran capital. Los impuestos al bolsillo popular se llevan casi un 50% de los sueldos; el de “ganancias” sobre salarios se duplicó en 4 años y alcanza los 140 mil millones, en cambio  para las empresas aumentó 25%. A las transacciones financieras no se le aplica. No estuvo en juego sólo el impuesto. Detrás de la brecha abierta por el paro, la adhesión masiva puso de manifiesto una agenda más amplia: el deterioro de salarios y las jubilaciones por la inflación, así como la cuestión de los despidos y la precarización laboral. El paro quebró a la CGT oficialista, Daher (Alimentación) llamó a parar; Caló (Uom y jefe de la CGT) dio libertad de acción. Firme al lado del gobierno quedó solo la CTA de Yasky. El paro ha profundizado la crisis política general y ha dado protagonismo a la clase trabajadora. Quedó planteado un paro de 36 horas con movilización.

En el subte no se movió un tren. Y acá no vengan con patotas de la UTA o lock out patronal. La base adhirió a la medida masivamente, mediante asambleas y consultas, en contra de la posición de la conducción pianelista, que, una vez más, se pronunció en contra de la medida. Esta vez lo hizo de manera vergonzante: ante la tendencia abrumadora al paro y una inminente nueva derrota política, a último momento, declaró en un comunicado  que dejaba en libertad de acción para concurrir o no al trabajo. Verdadero abandono de la base y de su responsabilidad de dirección. Y peor aún, sostuvo, que el reclamo era justo, pero que discrepaba con las “intenciones políticas” de los convocantes. La Naranja del subte también discrepa con la política de los Moyanos y Michelis, pero da la batalla con sus propias banderas, hombro con hombro con los huelguistas. Y no colocándonos como lo hicieron  Pianelli y Segovia, del lado de los grandes carneros, los Pignanelli (de Smata) o los Pedraza (de Unión Ferroviaria). No del lado del gobierno y de la oposición patronal, que militaron, ambos, contra el paro. Tampoco esta conducción propuso ninguna vía alternativa, ni reclaman a “su” central  – la CTA de Yasky - que tome alguna medida. La lista Naranja fue la única corriente que distribuyó en las líneas una declaración llamando a organizar el paro. Sus delegados estuvieron desde las 5 am en las cabeceras. Los delegados oficialistas no tuvieron más remedio que acatar a la fortísima voluntad huelguista de la base. Segovia, elemento de choque del kirchnerismo, recorrió los medios como lamentable vocero contra el paro que su propio gremio venía de cumplir masivamente.

Por último, el boicot al paro por parte de la directiva, es una mala señal en relación a la paritaria que está por comenzar. No “ranquean” como defensores del pliego que votó el cuerpo de delegados: un 40% de aumento y el reintegro del 100% del descuento por “ganancias”.  Segovia ya está declarando que si no es el 40%, pueden ser 2 puntos menos (Noticias Terra 1/4), por supuesto con el mandato de absolutamente nadie. El Cuerpo de delgados debe tomar en sus manos la lucha paritaria, de manera activa y movilizadora, para evitar esta vez, la subordinación de la AGTSyP a la UTA. Todo indica que la base está preparada.



                        BOLETÍN DE LA

 
 



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