En el curso del año pasado, Ibarra largó con bombos y platillos su proyecto de instalaciones de "reservorios de agua", unos tanques subterráneos destinados a aplacar el fantasma de las inundaciones. El proyecto recibió todo tipo de impugnaciones técnicas. Pero también denuncias: en particular, que la licitación de los reservorios estaba hecha a la medida de una sola empresa, que ya disponía de los diseños de construcción. El nombre de ese posible adjudicatario es bien conocido por los trabajadores de Metrovías: se trata de Benito Roggio, su concesionario. El Estado porteño no es "neutral" en esta lucha por la jornada laboral reducida. Por múltiples vías, los negociados a costa del presupuesto público atan a los administradores centroizquierdistas con la patronal. Este "nudo gordiano" sólo podrá cortarlo la lucha obrera.
M.R.
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