La lucha por el reconocimiento de nuestro sindicato está en un momento crucial. La masividad de los paros pasados indica una voluntad inquebrantable de que el sindicato puesto en pie por los trabajadores tenga su reconocimiento.
Las solicitadas de Metrovías y de la UTA frente a esta gran lucha tienen un mismo objetivo: tratar de desconocer a los delegados que masivamente han sido elegidos por los trabajadores.
Los reclamos conjuntos de la UTA y la patronal de que se “garantice la libertad de trabajo” son simplemente palabras propias de la Sociedad Rural. La UTA demuestra que es una dirección que perdió la noción de sindicato, y se ha transformado en una patota al servicio de la patronal.
Moyano ha salido a atacar la lucha de los trabajadores de Terrabusi porque ve en ella el mismo proceso político que lleva a los trabajadores del Subte a pelear por un sindicato independiente y a otros cuerpos de delegados a enfrentar a la burocracia, en momentos en que la burocracia sindical argentina ha entrado en un brutal proceso de descomposición como lo demuestra la corrupción y el afano en las obras sociales de los sindicatos que ya amenaza con la cárcel a sus Zanola, José Rodriguez, Palacios y el propio Moyano.
El Ministerio de Trabajo bicicletea el trámite de inscripción. Y la patronal provoca sistemáticamente: sanciona a los delegados; les impide hacer cambios de turno; desconoce los accidentes laborales; violenta los ascensos de compañeros metiendo acomodados por la ventana. Quiere crear un clima de hostilidad que lleve al enfrentamiento entre nosotros y los pasajeros.
Frente a esto, la respuesta de los trabajadores de la línea B impidiendo las sanciones con una medida contundente, muestra que hay un camino para quebrarle el brazo a la patronal y al gobierno que la apaña, que podemos ser reconocidos si progresa el plan de lucha en curso. Hay que defender con todo el plan de acción resuelto y el paro programado para el próximo jueves 1° de octubre. La voluntad en la base de los compañeros está.
Junto al reconocimiento de nuestra organización, exigimos el cese de la persecución a los delegados y activistas; el levantamiento de todas las sanciones; la reincorporación de los compañeros cesanteados por el Servicio Médico; el pago a Ricky, accidentado del taller San José y de Virginia injustamente sancionada en la línea C.
Mientras burócratas y patrones piden mano dura, hagamos sentir nuestra respuesta. Convoquemos un plenario general de todos los delegados para votar y organizar la continuidad del plan de lucha, con agenda completa de medidas escalonadas hasta el logro del reconocimiento del nuevo sindicato y de nuestras reivindicaciones.
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