En diversas estaciones la patronal ha comenzado a bajar máquinas recargadoras de tarjeta Sube, del plan Sube del gobierno nacional. Delegados y compañeros de estaciones han denunciado que con cada una de estas máquinas no sólo se pretenden eliminar puestos de trabajo de boleteros - 3 o 4 boleteros por maquina - sino que también implica una amenaza para los de recontadores, ya que la recaudación sería menor en las cajas de Metrovias. Significa también una flexibilización laboral para los auxiliares, un sector, donde hace tiempo no hay ingresos. Efectivametne, tendrían que agregar la atención de los pasajeros en torno al funcionamiento de las máquinas.
De generalizarse, dejaría un tendal de trabajadores sin funciones o que la empresa redistribuiría discrecionalmente. Ya se han escuchado también voces desmoralizadas y conservadoras - que vienen mas de arriba que de abajo - que opinan que no podemos enfrentar los avances tecnológicos y proponen someternos si haber disparado un solo tiro.
Opinamos que no es así. Es cierto que no nos opondríamos a la incorporación de innovaciones tecnológicas, pero siempre que signifiquen un progreso en la situación de los trabajadores y del servicio. Por ejemplo, si sirve para reducir la jornada de trabajo, o para obtener otro franco; o para extender la red, aumentar la frecuencia del tráfico o alargar el horario de servicio del subte. Todas medidas que requieren mucho más personal. Pero no es así, Macri sólo apunta a racionalizar y reducir la dotación mediante el congelamiento de vacantes y redistribuir al personal restante para realizar tareas que correspondería cubrir con ingresos de nuevos trabajadores. Los macristas fueron claros y hasta lo firmaron con la UTA: ningún ingreso, traslados y flexibilización, para cubrir estaciones o tareas nuevas. No es lo mismo la introducción de automatización en un subte del primer mundo, con extensiones de centenares de kilómetros, que en uno donde la prioridad sigue siendo el mantenimiento eficaz, la renovación de la flota, la eficiencia y seguridad del tráfico y la extensión de la red.
Conclusión, desde la AGTSyP debemos oponernos a la introducción de máquinas que eliminen trabajadores y se debe reclamar, como lo han hecho los compañeros de talleres, conocer y opinar sobre cuáles son los planes de SbaSE – Metrovías. Mientras tanto, debemos lanzar una campaña pública y preparar a la AGTSyP contra todo traslado, ninguna modificación de horarios de trabajo y no a las máquinas. Nos sobran las razones.
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