Los delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores
del Subte y Premetro (AGTSyP) resolvieron una nueva apertura de molinetes de 9
a 11 horas el martes y miércoles y un paro de 11 a 16 horas el jueves, una hora
más que el jueves anterior, como continuidad del plan de lucha que entra en su
tercera semana.
El reclamo de que el sindicato sea recibido por la
patronal de Metrovías se acompaña de un pliego por 28% de aumento salarial, 2%
por año de antigüedad y un incremento del viático y las licencias. Tal lo
votado por el cuerpo de delegados.
Las tratativas paritarias están estancadas. En rigor
nunca empezaron. Metrovías atribuye el impasse a “las divergencias entre la
Nación y el Gobierno de la Ciudad sobre el proceso de trasferencia del contrato
de concesión…”, lo que afectaría “la situación económico-financiera de la
empresa” y, por ende, la posibilidad de dar un incremento de salarios (acta de
Ministerio de Trabajo, 17/4). Estas “divergencias” no han impedido que la
gerenciadora usufructúe un suculento incremento de sus beneficios con el
aumento de pasaje de 127% que impuso Macri. Roggio se victimiza y balconea la
pelea Cristina-Macri, mientras bicicletea la paritaria.
También se victimiza la burocracia de la UTA, que no ha
logrado destrabar una paritaria que años anteriores resolvía, en pocas horas,
adaptándose a los “techos” oficiales. Para ello utiliza un subterfugio, dice
haber acatado una conciliación obligatoria ministerial por un conflicto que
ella nunca inició. Las únicas medidas son las protagonizadas por la AGTSyP. La
UTA no sólo no adhirió a ellas, sino que reclamó al Ministerio que retire la
inscripción gremial de la AGTSyP por haberlas tomado, en un acto de
vigilantismo con pocos antecedentes (acta ídem).
La llave de la cuestión está en que el gobierno K rebajó
a la mitad el subsidio que financiaba los aumentos, y el de Macri no quiere
poner un mango. La crisis económica general y el derrumbe del transporte en
particular han hecho estallar el sistema de las privatizaciones y concesiones.
Si Roggio no puede pagar los sueldos, y sólo está para embolsar los beneficios,
que se vaya, porque si es por el servicio que brinda, nada tiene que envidiar a
los Cirigliano, con los que comparte otras concesiones ferroviarias.
Para terciar en el reparto de este culebrón, dominado por
gobiernos privatistas, burócratas sindicales y mafias concesionarias, la AGTSyP
no tiene otro camino que profundizar el plan de lucha, para imponer una genuina
agenda obrera que eche luz al confuso panorama. Varios mandatos de líneas y
talleres han surgido de sus respectivas asambleas, con propuestas de paros
progresivos de 6, 12 y 24 horas. Pero no han logrado superar aún la hegemonía
de la Comisión Directiva yaskista, que estira el plan de acción a razón de una
hora más de paro por semana, lo que llevaría a dos meses el lapso para arribar
a un paro de 12 horas (!). Y que se focaliza más en una agitación kirchnerista
contra el gobierno de Macri, difundida sistemáticamente en comunicados y
conferencias de prensa, a favor del traspaso, que en la cuestión salarial -que,
en un segundo plano, puede ir al desgaste o quedar en manos de la UTA.
Varios delegados han reclamado que se recaben mandatos de
las asambleas, en lugar de consensuar opiniones personales, un método más
propio de camarillas que de la democracia asamblearia, que es marca de fábrica
de los luchadores del subte. La Agrupación Trabajadores de Metrovías viene
batallando por la profundización del plan de lucha y la total independencia
respecto de ambos gobiernos patronales.
S.V.
1 comentario:
Estoy acompañando a uds. Y mi opinion es realizar co.o hizo linea 60. Parar x tiempo. Indeterminado. No podemos ser rehenes de dos personas d/etica ni moral. Ellos aumentan todo no se hacen responsables de nada
Publicar un comentario