Gran Marcha de septiembre de 2005 |
El proyecto de diputados es el producto no de una repentina sensibilidad social de los paritos opositores, que acompañaron todos los atropellos contra los jubilados. Sino de la necesidad de dar salida a la crisis de 400.000 juicios, que amenaza en convertirse en un factor de quiebra del Estado. Es un proyecto también muy limitado porque no establece que todas las jubilaciones se conformen con el 82% del salario al cese, corregido con el aumento del sueldo de los activos y se paguen todos los retroactivos correspondientes. Por ese planteo luchamos nosotros. Pero el proyecto de diputados abre una brecha para la movilización popular para terminar con las correcciones arbitrarias y miserables estipuladas por el gobierno K.
Debe ser apoyado con la movilización de los trabajadores y los jubilados, porque tanto el oficialismo como la oposición subordinados a los intereses del gran capital, están maniobrando para que la ley no vea la luz o para votar un proyecto mutilado. Como prueba señálese que el proyecto recortado en el Senado, fue presentado por Giustiniani del PS, miembro de la Coalición Cívica. Y que todos los economistas de los partidos opositores, declaran a los medios especializados que el 82% no se puede pagar.
¿Se puede pagar?
El debate abierto sobre si hay plata o no para pagar el 82% móvil es interesado y distraccionista. Porque siendo un derecho inalienable y constitucional, hay que cumplirlo salga de donde salga la plata. La jubilación es un salario diferido que se acumula durante la vida activa con aportes del trabajador para cubrir sus años de retiro. Incumplir con ese pago es un robo. El 82% móvil se puede pagar perfectamente con el dinero de la Anses , si se termina con el trabajo en negro que asciende a más del 40%; si se restituyen los aportes patronales rebajados por Cavallo y se prohíbe que el Anses dedique sus fondos a otra cosa que no sea la cobertura previsional. Actualmente del Anses se evaden los fondos para todo tipo de susidios que el gobierno da a las empresas (hasta a la Mercedes Benz !!), para el pago de la deuda externa y para gastos sociales que deben ser financiados con impuestos a las ganancias de los grandes capitalistas que están levantando la guita en pala.
El gobierno K, que se subordina cada vez más, al gran capital y ahora también al FMI, es el que más cacarea sobre la falta de plata para los jubilados, porque si no, dicen, el país entraría en el cese del pago de la deuda externa, lo que es un reconocimiento de que se paga la deuda con plata de los jubilados y los trabajadores. Hay plata para la deuda fraudulenta de los fondos buitres y el Club de París; hay plata para subsidiar a Roggio, a las mineras y petroleras y no hay plata para los jubilados. El gobierno cara dura amenaza con vetar la ley si la aprueba el Congreso, demostrando que se trata de un régimen anti obrero.
¿Y las centrales obreras?
Tanto Moyano de la CGT , como Yasky de la CTA , en la medida que apoyan al gobierno K, se oponen a luchar por el 82% móvil. Moyano habla de un aumento gradual (?), Yasky firmó una corrección para los docentes más miserable que la del gobierno. Los trabajadores con movilización debemos exigir a las centrales obreras un plan de lucha por la jubilación que establece la ley y para que el Anses sea gobernado por trabajadores y jubilados.
Es necesario que los trabajadores del subte retomemos la bandera del 82% móvil, nos movilicemos sobre el Senado para que apruebe el proyecto de diputados y para que nadie meta la mano para mutilar lo que ya es de por sí limitado. El cuerpo de delegados debe tomarlo en sus manos y la comisión previsional organizar un debate general en las líneas.
Jubilación a los 55 años, un viaje a la miseria
Retomar el camino de la lucha por la jubilación
Como no se cumple con la ley y la Constitución , los trabajadores se jubilan con menos de un 50% de su sueldo al cese. Esto que significa una masacre social, se torna aún más dramático para los sectores de trabajadores con regímenes especiales cuya edad jubilatoria es menor. Es el caso de los trabadores del subte donde, cuando se apliquen, como corresponde, los 55 años de edad jubilatoria por régimen de insalubridad, una
masa de compañeros pasaría a cobrar salarios de hambre. Por eso en la historia del subte el tema jubilatorio fue fundamental.
En septiembre de 2005 los trabajadores del Subte, en una de las movilizaciones más numerosas y contundentes, comenzaron por levantar bien en alto la bandera de una reivindicación clave para la actividad subterránea frente al problema de la insalubridad : el 82% móvil de jubilación.
Aquella marcha de centenares de trabajadores, con muchos tercerizados, desde el hotel Bauen hasta el Congreso Nacional y a las puertas del Ministerio de Trabajo, tuvo como objeto la presentación de un proyecto de ley que planteó en resumidas cuentas la anticipación de la edad jubilatoria a 55 años para los hombres y 52 las mujeres, y haberes jubilatorios equivalentes al 82% del sueldo bruto a momento del cese de la actividad, actualizado según el índice de salarios del Subte, según Convenio Colectivo.
En aquél entonces, todavía con la vigencia del sistema de AFJP, habían surgido interesadas propuestas por parte de funcionarios de la Anses y el Ministerio de Trabajo planteando la conformación de una Caja Compensadora sobre la base de un aporte adicional de los trabajadores por encima del 7% u 11% que regía entonces. Su administración quedaría en manos del sindicato, la UTA. Los descuentos adicionales los realizaría la empresa, la misma que en 2009 quedó en evidencia por una mora en los aportes de ley que hacía más de un año no realizaba a la propia Anses!!! Un despropósito, los trabajadores debían renunciar a la lucha por el 82% móvil, financiarse con mas plata un complemento jubilatorio y juntar una fortuna para los negociados de los burócratas.
Hubo una segunda marcha, en agosto de 2007, donde a raíz de un fallo judicial que cuestionaba la insalubridad, nuevamente volvió a ondear la bandera del 82% móvil, la cual atrajo una importante concurrencia. Ahora que el tema se ha puesto nuevamente en el tapete, es la hora de retomar con más fuerza aquella lucha por una jubilación digna para nuestros veteranos. Los que abrieron el camino de nuestras mayores conquistas.
Ariel Rocchetti
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