En la tarde del martes 17, el sindicato del subte levantó el plan de lucha contra el tarifazo en una reunión con las agrupaciones políticas, sindicales y sociales que venían impulsando la levantada de molinetes y que juntaron 200.000 firmas contra el aumento del pasaje. La decisión se había sido adoptado antes, en una reunión que los dirigentes sindicales sostuvieron en privado con los diputados kirchneristas Cabandié y Gullo (ver recuadro). Ni uno ni el otro habían aparecido durante el plan de lucha contra el tarifazo, pero sí lo hicieron a la hora de ponerle fin. Quedó demostrado que el aumento del subte era una operación kirchno-macrista. La burocracia de UTA ya anunció el tarifazo para el colectivo. La justicia rechazó las "medidas cautelares" presentadas contra el aumentazo. "Con el tarifazo no se jode": ese fue el "mensaje" del fallo judicial -el mismo que transmitieron Gullo y Cabandié. Mientras 200 mil usuarios del subte firmaban contra el tarifazo, Schiavi preparaba el tarifazo en el transporte automotor y, más tarde o más temprano, en los ferrocarriles.
Lucha política
Era claro, en este cuadro, que la lucha contra el tarifazo de Macri sólo puede desarrollarse como parte de una lucha nacional. La propuesta que hicimos de convocar a un plenario del movimiento obrero combativo del transporte y del ferrocarril, junto a otros similares, fueron rechazados por los dirigentes de AGTSyP y los grupos filokirchneristas. Finalmente, los dirigentes propusieron continuar con "foros de debate" en las comunas, con el eje de "qué tarifa debe regir para jóvenes o jubilados". Sigilosamente, dejaba de lucharse contra el tarifazo para pasar a defender la "tarifa diferencial", como en el cine. Los sabbatellistas creen que en "las comunas" lograrán la misión imposible de confinar el debate por las tarifas a Macri y al subte.
"Traspaso" contra los trabajadores
El cierre de esta lucha deja pendientes cuestiones cruciales. El "acta de traspaso" ignora al sindicato, a pesar del cuestionamiento reiterado que éste ha realizado a la gestión de Roggio (en especial, en lo relativo a inversiones y a la seguridad del transporte). El 'acta', por lo tanto, equivale a un salvoconducto para que Macri pacte con Roggio condiciones leoninas de contrato en perjuicio de los usuarios, del servicio y, por supuesto, de los trabajadores de Metrovías. Está planteada, por lo tanto, la reivindicación de la anulación del traspaso hasta que no sea convenido con el sindicato independiente del subte. También la extensión de la red, el incremento de personal y las recategorizaciones dependen de las condiciones del traspaso. El desarrollo de la infraestructura del subterráneo debe ser financiado por el capital, no por la fuerza de trabajo -sean obreros o consumidores.
Balance y perspectivas
El impacto popular que tuvo esta campaña contra el tarifazo del subte es un síntoma de la rebelión que amenaza la llegada de las facturas a los hogares por los servicios de gas, luz, impuestos y otros cargos. Por eso mismo, los kirchneristas se empeñaron en clausurarla. El 'ajuste' ya ha provocado rebeliones en Santa Cruz y Río Negro. Las paritarias no son una respuesta para los sectores sociales que no están protegidos por convenios colectivos -desde ya los desocupados y los 'changas'. Impulsamos un frente único nacional, político-reivindicativo, contra el ajuste y los tarifazos, así como por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de las privatizadas. Los trabajadores del transporte -ferroviarios, colectiveros, aeronáuticos- se encuentran potencialmente en la situación del subte, con los mismos problemas de fraudes, falta de inversiones, precariedad laboral y concentración monopólica de los servicios. Los sindicatos deberían cuestionar el conjunto de la gestión del transporte -la única alternativa al tarifazo. Llamamos a impulsar plenarios para desarrollar esta alternativa y ejercer, por medio de ella, una presión enérgica sobre los sindicatos para que rechacen los aumentos de tarifas, que con toda seguridad irán acompañados de mayor precarización laboral y aun de despidos.
El impacto popular que tuvo esta campaña contra el tarifazo del subte es un síntoma de la rebelión que amenaza la llegada de las facturas a los hogares por los servicios de gas, luz, impuestos y otros cargos. Por eso mismo, los kirchneristas se empeñaron en clausurarla. El 'ajuste' ya ha provocado rebeliones en Santa Cruz y Río Negro. Las paritarias no son una respuesta para los sectores sociales que no están protegidos por convenios colectivos -desde ya los desocupados y los 'changas'. Impulsamos un frente único nacional, político-reivindicativo, contra el ajuste y los tarifazos, así como por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de las privatizadas. Los trabajadores del transporte -ferroviarios, colectiveros, aeronáuticos- se encuentran potencialmente en la situación del subte, con los mismos problemas de fraudes, falta de inversiones, precariedad laboral y concentración monopólica de los servicios. Los sindicatos deberían cuestionar el conjunto de la gestión del transporte -la única alternativa al tarifazo. Llamamos a impulsar plenarios para desarrollar esta alternativa y ejercer, por medio de ella, una presión enérgica sobre los sindicatos para que rechacen los aumentos de tarifas, que con toda seguridad irán acompañados de mayor precarización laboral y aun de despidos.
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