Los dirigentes del
sindicato independiente del subte, la AGTSyP, patearon para agosto el derecho a
la negociación paritaria y se conformaron con una suma fija en concepto de
adelanto, para satisfacer una presión del gobierno K ante el impasse creado por
la negativa de Macri a hacerse cargo del servicio.
Asamblea durante el paro de 36hs en la línea B |
Los máximos dirigentes del
sindicato no esconden ante nadie su condición de kirchneristas. Lo que han
hecho ahora es sacrificar la reivindicación sindical a una operación política
del gobierno nacional, cuyo objetivo fundamental es que Macri ejecute el ajuste
tarifario que los cristinistas no se animan a asumir en nombre propio. Para
sumar la obsecuencia al agravio, fueron a la rastra del acuerdo que ya había
alcanzado la burocracia de UTA con el Ministerio de Trabajo -con lo que ni
siquiera pueden reclamar haber obtenido un reconocimiento de la plenitud de una
personería gremial. Culmina, de este modo, un período de adaptación sin
disimulo al gobierno que -como se terminó viendo- están pagando los trabajadores,
quienes se quedaron sin paritarias hasta un próximo aviso. Los 900 a 1.200
pesos en negro hasta agosto representan un 15% desde marzo -fecha en que venció
la paritaria anterior. Por lo que estarían la mitad del año sin paritarias, en
caso de que realmente la tuvieran en agosto -algo que habrá que ver.
En esta faena de patear la
paritaria para adelante, se juntaron los dos gobiernos, el de Mauricio Macri y
el de Cristina Kirchner. El primero mandó un representante y el segundo, a
través del ministerio. Ambos coinciden en que el tarifazo debe ser la salida al
derrumbe del sistema de subsidios. El acuerdo firmado es -salarialmente- el
peor del movimiento obrero.
Se ha aceptado esta salida
cuando llueven las denuncias sobre las transferencias de ganancias de Roggio,
el operador del subterráneo, a las empresas de servicios paralelas que ha
creado con ese fin, quien obtiene ganancias adicionales con la infraestructura
comercial del subte. Los agentes del gobierno que pregonan “la recuperación de
la soberanía” prefirieron poner en crisis las paritarias antes que ir contra
los empresarios, quienes siguen gozando de la protección del kirchnerismo.
La burocracia de la UTA y
los dirigentes de la AGTSyP insisten en que Macri se tiene que hacer cargo del
subte, como si eso fuera algo beneficioso para los trabajadores, a sabiendas de
que la transferencia a la Ciudad apunta a imponer un tarifazo al conjunto del
transporte, incluido el de superficie. El tarifazo reciente del 127% (que llevó
el boleto a 2,50 pesos) que aplicó Macri se encuentra admitido en el acta de
traspaso que firmaron ambos gobiernos.
No alcanzaba el acuerdo
con la UTA para llegar a este desenlace, por eso el ministerio valorizó a la
AGTSyP, que es la eterna convidada de piedra a la hora de la discusión, y la
convocó de urgencia, con la propuesta en la mano para levantar el paro.
La dirección de Pianelli y
Segovia, kirchneristas de la rama Yasky (el burócrata que se fotografió con
Gerardo Martínez en la reunión de la OIT), se jugó para sacar al gobierno
kirchnerista de un apuro político. Firmaron sin pasar por las asambleas
obreras. Conocían el rechazo masivo de los delegados a la estrategia de hacer
el eje en el traspaso del subte a Macri en lugar de la pelea por imponerle a
Roggio el aumento del 28%. Los compañeros preguntan por qué estaríamos mejor si
tuviéramos a un ajustador como Macri.
No obstante el
levantamiento del paro, las líneas B y H, así como varios talleres, con
Rancagua a la cabeza, se opusieron al acuerdo -el que se impuso, sin embargo,
por medio de un proceso muy irregular de consultas.
La entregada es funcional
al tiempo que necesitan los K y Macri para negociar el impasse entre ellos y
para no agregar un conflicto sindical de alto impacto a la veloz crisis
monetaria que está sufriendo el gobierno en el mercado de cambios.
El acuerdo es precario y
el representante macrista no asumió ningún compromiso. En la misma línea de las
direcciones sindicales, la patronal de Roggio reclama al gobierno de la Ciudad
que ponga la plata para el aumento -es decir que las sumas fijas conseguidas no
tendrían financiamiento.
Llamamos a todos los
trabajadores del subte a sacar un balance de lo ocurrido. Se han sacrificado la
independencia política de la AGTSyP y los intereses de sus afiliados. A partir
de esta discusión, será posible reabrir la discusión paritaria, poner a la
AGTSyP en el lugar de sindicato independiente y combativo que le corresponde y
recuperar los plenarios de delegados que la vieron nacer.
N.P.
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