El
anunció de que la Ciudad se hará cargo del servicio de subtes estaba más que
cantado. Había sido anticipado por el
pacto en la Legislatura entre los bloques macristas y kirchneristas, para votar
en común la entrega de tierras de la Ciudad al capital inmobiliario y darle vía
al libre al traslado de la Jefatura de Gobierno a terrenos que ocupa el
hospital Borda. Es previsible que dentro del acuerdo entre también la
aprobación del Presupuesto 2013 por parte del bloque kirchnerista.
Durante muchos años el macrismo y el kirchnerismo disputaron el control del
subte. Los primeros pedían el traspaso, mientras los segundos lo negaban. El
cambio de posiciones se debió a un único motivo: la crisis fiscal brutal que
azota al gobierno nacional, una parte de la cual se explica por los subsidios a
los concesionarios del transporte metropolitano. Con la transferencia del
transporte a los distritos, el gobierno pretende transferir el ajuste a las
provincias y municipios, que deberán hacerse cargo de un servicio desfinanciado
y sin inversiones.
En el caso del subte, el gobierno nacional ya había ordenado que los subsidios
destinados al servicio, de aproximadamente 720 millones de pesos, se reduzcan
en un 50% desde principios de este año, y su eliminación completa para 2013.
Esto recorte llevó al aumento de la tarifa del 127% que el macrismo decretó a
principios de año, y está más que cantado otro tarifazo para el año que viene.
Sólo se discute si la tarifa será de 4 ó 5 pesos, y si se aumentarán otros
impuestos (patentes) o las tarifas de autopistas para cubrir la eliminación de
subsidios del gobierno nacional. El tarifazo será presentando con el argumento
‘progresista’ de que auspicia el transporte público en detrimento del
particular. De esta forma, el kirchnerismo justificaría el apoyo al proyecto
enviado por Macri a la Legislatura.
El aumento de la tarifa podrá cubrir los gastos operativos del servicio, pero
de ninguna manera la inversión necesaria para modernizar una red absolutamente
deteriorada, y que ronda los 1.000 millones de dólares. El endeudamiento de la
Ciudad con ese fin habría sido acordado entre los macristas y Kicillof, ya que
el gobierno nacional le daría los avales para que la Ciudad pueda solicitar un
préstamo.
El tarifazo que se viene se ampliará rápidamente a todo el servicio de
transporte metropolitano, teniendo en cuenta que las 33 líneas de colectivos
que circulan sólo en el ámbito de la Ciudad han sido transferidas al Estado
porteño. Un nuevo aumento del subte es inviable sin un incremento generalizado
de la tarifa del transporte público, ya que de otro modo habrá una fuga de
pasajeros del subte a los colectivos.
Los trabajadores del subte ya tienen un anticipo de lo que les espera: desde
que se comenzó a operar la transferencia, no han podido cerrar su acuerdo
paritario. La responsabilidad principal recae en el gobierno nacional y en el
Ministerio de Trabajo, que es el único ámbito de homologación de las
paritarias. Tomada, además, sigue negándole la personería al sindicato de los
trabajadores del subte (AGTSyP), sin la cual no tiene legalmente atribuciones
para discutir los acuerdos salariales. De esta forma, operan abiertamente para
la burocracia de la UTA, que sigue teniendo por decisión del Ministerio de
Trabajo la representación de los trabajadores del subterráneo.
La dirección de los “metrodelegados” está totalmente sometida al kirchrnerismo.
Sin mandato de sus bases que las avale, había hecho propia la consigna
oficialista de que “Macri se haga cargo”, como si darle el subte a un gobierno
derechista resultara beneficioso para los trabajadores y usuarios. La línea
seguida por la dirección la convierte en cómplice consciente del tarifazo que
se viene, y del ajuste que la empresa aplicará contra los trabajadores. La
suspensión de las medidas de lucha que el pianellismo había declarado estas
semanas, que hacía las veces de una tregua unilateral, tenía por finalidad no
entorpecer las negociaciones entre ambos gobiernos para que se opere la
transferencia.
Toda la oposición política de la Ciudad, incluida la centroizquierda, saludó el
anuncio de Macri, reservándose opiniones críticas hasta conocer “la letra chica
del acuerdo”. Pero está cantado que el traspaso viene con tarifazo y ajuste.
Esta oposición viene de votar el Presupuesto de ajuste en la provincia de
Buenos Aires presentado por Scioli y Mariotto.
Nuestra posición es la siguiente: denunciamos la transferencia del subte como
un operativo de ajuste y tarifazos pactado por ambos gobiernos. Reclamamos que
se vaya Roggio y que el servicio sea brindado por el poder público, bajo el
control de los trabajadores. Exigimos el reconocimiento por parte del
Ministerio de Trabajo de la Nación de la AGTSyP y la firma de un acuerdo
paritario que contemple los reclamos de los trabajadores. Fuera la UTA.
Gabriel Solano
Articulo extraido de Prensa Obrera N°1248
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