El 31 de
octubre se realizó una reunión ampliada de la Coordinadora Nacional Clasista,
la que abordó la estrategia y la organización de nuestras agrupaciones
sindicales y del Partido Obrero frente al paro convocado para fines de
noviembre -aún si fecha precisa- por la CGT y la CTA opositoras y, ahora
también, por Barrionuevo. Caracterizamos
como negativa la vacilación en cuanto a la fecha y la definitiva convocatoria
al paro y el llamado de algunos gremios al 8N, lo que diluye las banderas
propias de los trabajadores.
Nos reunimos 56 delegados y dirigentes de más de 40 gremios: camioneros,
gráficos, docentes -de Capital y de Buenos Aires-, AGD-UBA, Caucho, Foetra,
Sitraic, Comercio, no docentes de la UBA, bancarios, Subte, Sanidad, UOM,
plásticos, ATE -de Capital y de Buenos Aires-, papeleros, perfumistas, Smata,
Cicop, Municipales de Capital, Sindicato Argentino de la Televisión (SAT),
ferroviarios, Prensa, aeronáuticos, Polo Obrero -delegado del Argentina
Trabaja-, Neumáticos, entre otros.
La principal resolución fue la de impulsar masivamente el paro -el cual sería,
de concretarse, el primer paro general en once años- y empeñarnos en cada
sindicato y empresa para que la clase obrera pare masivamente e irrumpa, con
sus propias aspiraciones y reclamos en la crisis nacional. Que los trabajadores
decidan en asambleas la huelga y que organicen la intervención detrás de su
propio programa.
Ante el debate abierto en las filas de la CGT Moyano a favor de un paro
dominguero de 24 horas, decididamente estamos a favor de que el paro sea
activo, con una movilización a Plaza de Mayo, donde pugnaremos por imponer un
orador del clasismo. Explotaremos a fondo la importancia que la medida vaya
tomando en el cuadro político, luchando por una verdadera huelga general y no
por una “jornada” de movilización con algún tipo de paro -como ha sido hasta
ahora. En los sindicatos no adheridos, las asambleas deben considerar que hay
tres de las cinco centrales que estarían convocando a la huelga.
Nos apoyamos en el conjunto de huelgas y de movilizaciones que precede el paro,
en la recesión y en los despidos que lo enmarcan, en la desvalorización de los
convenios, en el golpe de la ley de ART, en el agravamiento de los descuentos
por Ganancias, en el salario familiar y en los paros que ya se están sucediendo
en provincia de Buenos Aires por la reapertura de paritarias. Ninguna
reivindicación ha sido resuelta. Al contrario, la CGT oficial entra en crisis
por el decreto -momentáneamente suspendido- que agrava la usurpación de fondos
de obras sociales. Se discutió incorporar en la agitación el robo del 3% a la
actualización de jubilados, el cual suma 6.000 millones de pesos anuales.
La huelga se da en un marco de una fractura de la burguesía (7D, cepo
cambiario, restricciones a la importación) y de una crisis al interior del PJ
en relación con el kirchnerismo. Nos proponemos explotar esa fractura hacia el
paro, disputando desde la clase obrera y desde la izquierda la polarización
política entre el gobierno y el bloque objetivo de la burguesía opositora en
torno de la “re-re”, de la devaluación y del ajuste. En camioneros, ya ha
causado un extendido repudio la foto Moyano-Macri sacada 48 horas antes de que
el macrismo votara junto al kirchnerismo la ley de ART -cuestión que pondremos
de manifiesto en el trabajo en ese gremio.
Discutimos cómo parar en todos los gremios: en los adheridos y en los no
adheridos. En los primeros, promocionaremos asambleas y plenarios que le den
contenido y masividad, para que se sortee el carácter administrativo y regimentado
que, a menudo, le imprime la burocracia y para que se coloquen las propias
banderas. Por ejemplo, las reivindicaciones del conflicto de educación en La
Plata, el cual sigue abierto. En los segundos, mediremos el máximo de adhesión
que podemos conseguir.
Programa y perspectivas
Reivindicaciones como la anulación del impuesto al salario serán vitales para
trabajar, los 20 días que vienen, entre los tres millones de trabajadores
afectados. Los 7.000 pesos de básico, la
universalización del salario familiar y el fin del régimen de las ART, así como
comisiones obreras de salubridad por fábrica, son planteos que tenemos que
llevar a las asambleas y a los plenarios de delegados, convocados o
autoconvocados. En nuestra agitación política no podemos ceñirnos a las
reivindicaciones solamente. El paro nacional, como tal, cuestiona al poder político
y coloca a la clase obrera como protagonista, para arrancar a los demás
sectores sociales agraviados del campo de la burguesía opositora y llevarlos al
campo propio de los trabajadores. En todo el transporte se plantea la
nacionalización de las privatizadas, igual que frente a la crisis energética y,
desde luego, se plantea el problema del repudio a una deuda externa en cuyo
altar se sacrifica el ajuste de las provincias o el saqueo de los fondos de la
Anses.
La Coordinadora Sindical Clasista planteará esta perspectiva en cada rincón del
movimiento obrero, para que el paro oxigene una salida de los trabajadores por
la izquierda a la crisis del kichnerismo, reforzando su posición en todos los
planos de la lucha política. En caso de existir una movilización y un acto,
promoveremos la conformación de una gran columna clasista y de la izquierda,
así como oradores del clasismo.
El Polo Obrero también se sumará a la huelga y a la movilización detrás de sus
propias reivindicaciones y será un factor esencial en la decisión de acompañar
ese día con grandes y concentrados cortes, junto a otros sectores del
movimiento obrero.
Néstor
Pitrola
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